Jorge Leandro Colás y su «visita»

Jorge Leandro Colás estrena en cines «La Visita«, un documental que retrata la periferia del penal de Sierra Chica, más particularmente las historias de la enorme cantidad de mujeres que llegan cada fin de semana para visitar a sus esposos y familiares. Tuvimos la oportunidad de compartir una charla con su director sobre esta espectacular película.

Cómo surgió la idea de «La Visita»

«El primer contacto que tengo con la temática fue cuando leí una nota en un diario que hablaba sobre la micro-economía que se genera alrededor del penal, las pensiones y kioscos que trabajan exclusivamente con la gente que va de visita. También hablaba de cómo el pueblo ve estas visitas con rechazo y, a partir de eso, es que empezamos a viajar a conocer Sierra Chica y lo que sucedía con estas mujeres que están intentando recuperar ese espacio familiar en la hostilidad.»

Entre esa primera intención y el choque con el espacio físico, ¿cómo fue cambiando el proyecto?

«Cambió bastante, al principio la película iba a ser sobre los locales y la gente que vive en Sierra Chica y, poco a poco, al conocer a estas mujeres y el sufrimiento de ellas y todo lo que hacen para llegar hasta el lugar nos pareció más potente. Cada historia es un mundo y todas comparten esto que decía de la reconstrucción de la idea de familia. Ellas llegan con muchos bolsos para darles un poco de alimento porque el sistema penitenciario es bastante malo, hacen colas largas de varias horas con lluvia o calor para entrar… y cuando empezamos a compartir ese espacio con ellas sentimos que ahí estaba la película y que había que visibilizarlo.»

¿Cómo fue el trabajo de generar un vínculo con ellas para filmarlas?

«Al principio fue más complicado porque están pasando un momento difícil de su vida y cargan con el prejuicio y la estigmatización, y en eso aparece un equipo con cámaras que quiere hacer una película. Pero con el paso del tiempo y el compartir con ellas fuimos ganando y generando la confianza que nos permitía estar con la cámara sin interferir prácticamente en su vida.»

Desde tu perspectiva de director varón, ¿cómo te interpeló esta película?

«Sentíamos que había algo muy latente. Mis películas anteriores retrataron espacios muy masculinos y esta película fue virando a una cuestión femenina… originalmente el titulo era «los visitantes» hasta que sentimos que no representaba al proyecto, la película se fue configurando hacia la lucha de las mujeres y su perseverancia, ahí cambiamos el título y le implantamos el femenino desde el vamos.»

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