Justicia para las hermanas Jara

La noticia tiene como protagonistas a las hermanas Ailén y Marina Jara, de 21 y 22 años, que se encuentran detenidas preventivamente desde hace más 24 meses. La causa es por intento de homicidio a Juan Leguizamón, de 35 años, a pesar de que ellas ratifican haberse defendido cuando este hombre quiso violarlas. El pedido de justicia por las hermanas cobró mayor cobertura mediática como consecuencia del apoyo obtenido y de la movilización que están realizando grupos militantes y organizaciones sociales que luchan por los derechos de las mujeres.
Ailen y MarinaIncluso se conformó una Comisión por la Libertad de Ailén y Marina, que piden la prisión domiciliaria para estas mujeres y denuncian la violencia a las que ellas están siendo sometidas en varios aspectos desde el ámbito judicial.
El hecho por el que se encuentran detenidas ocurrió en la madrugada del 27 de febrero de 2011, cuando las dos hermanas regresaban a su casa luego de bailar cuando fueron interceptadas por Leguizamón, quien era hermano de una amiga de estas jóvenes, además de vecino del barrio.
Este hombre hacía tiempo que acosaba a las hermanas, según coincidieron testigos en las declaraciones que brindaron durante el juicio que es llevado adelante por el Tribunal Oral en lo Criminal n°2 de Mercedes.
En sus declaraciones, Ailén y Marina contaron que Leguizamón “disparó con un arma para asustarlas, tiró al piso a Ailén tratando de violarla” y en ese momento su hermana Marina sacó un cuchillo de cocina que llevaba con ella e hirió al hombre, provocándole un neumotórax además de un golpe en la cabeza.
Ailen y Marina
Por su parte, Juan Leguizamon argumentó que él mantenía hacía un tiempo una relación sentimental con las hermanas y que, por celos, ellas trataron de matarlo. Aunque las jóvenes negaron este hecho y contaron en detalle que él las acosaba desde hacía un tiempo.
La semana pasada, y durante dos días, se escucharon los testimonios de vecinos, personas que se encontraban eventualmente en el lugar del hecho y los protagonistas.
Como mencioné anteriormente, estas mujeres sufren diferentes manejos judiciales, por ejemplo, al iniciarse la causa las hermanas fueron presionadas para que se declaren culpables, además de haber recibido un mal asesoramiento por parte de su defensa, quien por ese entonces era la abogada María Celia Bereterbide, que no le dio credibilidad al acoso sobre estas chicas por parte de Leguizamón. De esta manera, le dio curso a su versión de un incidente amoroso.
También se les negó la excarcelación, la morigeración de la prisión preventiva y la prisión domiciliaria.
Sumado a todo esto, las jóvenes fueron víctimas durante su detención en la Unidad 51 de Magdalena y  la Unidad 5 de Mercedes de golpes, maltratos psicológicos, amenazas de muerte, intentos de violación, fueron alojadas en “buzones” (celdas que tienen muy poco espacio), hechos que fueron denunciados y comprobados por el Tribunal que, luego de seis meses, decidió que sean trasladadas a la Unidad 8 de Los Hornos, La Plata, donde actualmente se encuentran detenidas.
Ailen y MarinaAhora, los jueces Marco Barski, Graciela Larroque, José Ibrahim (como suplente de Fernando Bustos Berrondo), escucharán los alegatos de la fiscalía y la defensa. La sentencia está prevista para el 3 de abril.
Sin dudas, a lo que llegue el Tribunal va a marcar una posición que será aceptada o duramente cuestionada por gran parte de la sociedad.
Como Ailén Jara escribió en una carta desde la Unidad 8 de Los Hornos, con fecha de 28 de febrero, en la que cuenta cómo vive estos días tras las rejas y que ha tomado estado público. Cito un párrafo: «…este es el lugar del NO. NO hagas lo que sentís. NO digas todo lo que pensás. NO seas quien vos querés ser. NO hables más de lo debido. NO seas espontánea. ¡Sé lo mas dura que puedas!”.
Espero que en la resolución que tome la justicia se tomen en cuenta cada una de las situaciones aberrantes por las que ellas pasaron, sea su inocencia o un cambio de carátula, y que en este caso, como dice Ailén, ellas no tienen que ser duras… la justicia tiene que dejar de ser dura. Y esa misma justicia tiene que darle entidad y respuestas a un caso en el cual dos mujeres defendieron su integridad y terminaron sufriendo aún peores consecuencias.