La primera apertura de Macri

Luego de casi tres meses de haber comenzado su gobierno, Mauricio Macri dio su primer discurso ante la Asamblea Legislativa para dar inicio a las sesiones ordinarias del Congreso. «Tenemos que reconocer que no estamos bien», dijo Macri en sus primeras palabras, y señaló que «la brecha entre los argentinos» llevó al país a «enojos, resentimientos y búsqueda de enemigos internos y externos».
La alocución del Presidente estuvo repartida en dos partes. La primera estuvo dedicada a señalar el estado en que se recibió la administración pública y en esta se focalizaron los ataques más fuertes al kirchnerismo. Los puntos principales fueron la inflación, las cuentas del Estado, el narcotráfico y las políticas públicas. Luego se centró en dar a conocer los lineamientos generales de su gestión y esbozó las medidas y acciones a tomar para resolver los problemas anteriormente mencionados.
Las primeras palabras las dedicó a resaltar el hecho de dar su primer discurso en el año del bicentenario de la independencia argentina y dijo que es un punto de partida para terminar con una situación en la que el gobierno anterior estaba «borrando la línea entre realidad y fantasía», y precisó que «encontramos un Estado mal gestionado y desordenado, con problemas para resolver sus problemas. Más recursos no permitieron reducir los problemas estructurales de pobreza».
Al hacer hincapié en el llamado modelo de inclusión, Macri sostuvo que «nos llevó a la pobreza» con «una inflación anual por encima del 20% y un 700% acumulado en los últimos 10 años», causado por usar el Banco Central «para financiar gasto público y servicios de deuda generando una suba de precios constante». También señaló que destinar más recursos no «significó mejores escuelas ni más seguridad, hubo falta de planeamiento y corrupción, desidia e incompetencia que dejó al Estado con poca o nula capacidad para resolver sus cuestiones».
«El déficit del 7% del PBI es de uno de los mayores que tuvo el país. Esto sucedió mientras vivíamos unos de los momentos de mayor presión tributaria de la historia», señaló Macri, quien sostuvo que el clientelismo político fue apoyado por el kirchnerismo y afirmó que «encontramos un Estado plagado de clientelismo. Esto se explica por la corrupción. Ocupamos el lugar 107 en el ranking de transparencia».
El incremento del narcotráfico no quedó fuera del discurso presidencial. Al respecto, Macri sostuvo que este flagelo «fue negado sistemáticamente» y dijo que Argentina se convirtió en país proveedor de droga y que solo el 17% de las fronteras están radarizadas. Esto, manifestó, «hace que los argentinos se sientan inseguros, desprotegidos» porque «las políticas de seguridad han fracasado, el sistema de defensa está desatendido, hay aviones que no vuelan y pocos barcos».
Respecto de la educación, si bien defendió la creación de nuevas universidades afirmó que muchas son favores políticos y espacios de militancia, «no de excelencia académica, se le da poca importancia a la evaluación, no se publican resultados y se esconden las estadísticas».
Macri también señaló que la falta de creación de empleo se debió a la inflación y a «las restricciones para exportar e importar. El Estado fue obstáculo en vez de vínculo y sostén». «La deuda por el desempleo y el empleo en negro es muy grande y es una situación muy vulnerable», sostuvo. También criticó el crecimiento del empleo público, que aumentó «un 64% y alcanzó a 3 millones 600 mil personas en 2015». Sin embargo, afirmó que no se mejoraron los servicios del Estado, que quedó «plagado de clientelismo, despilfarro y al servicio de la militancia».
Tras casi media hora terminó con esta parte del discurso y señaló: «Podría seguir todo el día, pero por respeto a quienes están siguiendo voy a cortar acá», y se comprometió a revelar «todos los datos desde 2003 hasta hoy».
Tras hacer este balance expresó que «este diagnóstico no es para deprimirnos ni enojarnos, sino para que tomemos consciencia del desafío que tenemos. Somos más que esto, no estamos condenados a vivir tensos, con inseguridad. Levantemos la vara y comparémonos con lo que podemos ser, ese es el desafío».

La otra mitad del discurso

La segunda parte estuvo dedicada a los anuncios y lineamientos de gestión. Primero pidió a los legisladores «conseguir los consensos necesarios» para aprobar el paquete de leyes que definirá la salida del país del default, luego del acuerdo alcanzado ayer con los holdouts. Para eso hace falta derogar las leyes cerrojo y de pago soberano para afrontar la cancelación definitiva de la deuda por 4.653 millones de dólares.
Al hablar de su gestión, el Jefe de Estado aseguró que «en estos casi 3 meses de gestión trabajamos para normalizar nuestro país» y sostuvo que la democracia es «un sistema para unirnos y respetar las diferencias», y como ejemplo de esto expresó que «nos reunimos con todos los gobernadores más allá de su pertenencia política, no nos quedamos en las palabras, discutimos obras para crecer. Agradezco su generosidad para poder trabajar en equipo» y remarcó que «el poder es respetar la ley y servir al ciudadano y creer en la división de poderes». También defendió el levantamiento del cepo, «una promesa de campaña», y la eliminación de las retenciones. Respecto del cepo remarcó que se hizo sin que se generara ningún tipo de caos.
Un momento importante fue la mención a los 40 años del golpe militar, que se cumplirán el 24 de marzo, y dijo que en ese momento «se consolidó la época más oscura de nuestra historia. Aprovechemos este año para gritar todos juntos nunca más a la violencia». A continuación señaló los tres ejes fundamentales de su gobierno: «Pobreza Cero, más trabajo y menos inflación. Nuestra obsesión es generar más y mejores trabajos y menos inflación que fue generada por el gobierno anterior».
Además, el mandatario defendió la agenda internacional que está desarrollando y elogió las visitas de presidentes europeos como el premier italiano, Matteo Renzi, y el presidente de Francia, Francois Hollande, además del inminente viaje de Barack Obama. En esa área reiteró su decisión de seguir discutiendo con Gran Bretaña por la soberanía en Malvinas. «Como le dije al premier David Cameron, dialogar no implica renunciar a nuestro reclamo sobre la soberanía de las Islas Malvinas», destacó.
En el aspecto económico, Macri prometió la «devolución del IVA para los productos de la canasta básica alimentaria» y aumentar los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, a lo que expresó su intención de que al término de su presidencia «todos los niños reciban una asignación, proyecto de la doctora Carrió», y anunció que se trabajará «para normalizar lo pendiente y diseñar una respuesta al reclamo del 82% móvil».
Al respecto sobre el ámbito de la Justicia, el Presidente sostuvo la necesidad de «reformar» el Consejo de la Magistratura y pidió aprobar los pliegos de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrant. También anunció, como se esperaba, impulsar una Ley del Arrepentido. La reforma política también estuvo en este primer discurso de apertura y adelantó que buscará una «profunda reforma política» y dijo que aspira a que las próximas elecciones se realicen con voto electrónico.
La última parte de su discurso la dedicó a la «agenda del Siglo XXI», en la que englobó al medio ambiente y exhortó al Congreso a aprobar el compromiso que asumió el Gobierno sobre cambio climático en París, y dijo que propondrá la obligatoriedad de la educación desde los 3 años y la incorporación de tecnología a la educación y a todas las áreas, en consonancia con la propuesta de digitalización gubernamental anunciada días atrás. También prometió llevar internet «hasta al pueblito más alejado».
Al final de su discurso, Macri convocó a los demás partidos y dirigentes. Al respecto, señaló que está abierto «a recibir todas las reformas que necesitamos para darle lo mejor a cada uno de los argentinos. A los argentinos nos han prometido mucho y nos han cumplido muy poco. Yo les digo que no les voy a mentir. Esta transformación no se hace de un día para el otro, sino que se llevan a cabo dando pequeños pasos todos los días».