Las frutas… ¿engordan?

Muchas veces escuché esta pregunta en reuniones, con amigos, y también en el consultorio cuando le indico a mis pacientes que consuman varias frutas al día, distribuidas en varias comidas y colaciones. Veamos y repasemos algunos de sus beneficios.

Las frutas aportan

Un sinfín de vitaminas y minerales, necesarias para el funcionamiento apropiado del organismo.
Antioxidantes, preventivos del envejecimiento celular y enfermedades crónico-degenerativas.
Agua, clave para transportar nutrientes hacia las células, mantener la temperatura corporal y por su participación en los procesos metabólicos.
Fibra soluble e insoluble, cuyo efecto en el retraso del vaciamiento gástrico genera buena saciedad y, además, regula el tránsito intestinal evitando el estreñimiento.
Fructosa, azúcar que se absorbe más lento que la glucosa y, por lo cual, tiene un menor impacto en la curva de la insulina.

¡Cuántos argumentos a favor!

Siempre tené presente que no existen los alimentos engordantes sino la porción adecuada. Cualquier alimento en exceso generará formación de grasa corporal, por eso mismo, dentro de una alimentación equilibrada es importante trabajar con porciones para evitar el exceso de calorías en las comidas. ¿Y cuál es la porción adecuada? Una forma súper práctica es usar «la mano» para medir las porciones. En el caso de la fruta, una porción es lo que cabe en la palma de la mano. Y para la fruta de menor tamaño (frutillas, uvas, cerezas, moras, frambuesas) 10 unidades está más que bien.
Mi recomendación es que las incorpores en el desayuno, colaciones y meriendas. Solo lo incorporaría luego del almuerzo o cena si las porciones fueron muy pequeñas y te quedaste con hambre. ¡Así que a comer frutas!