«Las reglas de equidad no están dadas»

Este viernes en el Noticero dialogamos con Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires (FABA) y vicepresidente de la Confederación General Almacenera Nacional, sobre las recientes medidas del Gobierno para combatir la inflación que incluye el congelamiento de precios por 90 días. Además, el representante del sector analiza la actualidad del rubro.

«Participamos la semana pasada en una reunión con el nuevo secretario de Comercio, Roberto Feletti. Lo que anunció el viernes es que habrá un congelamiento de precios hasta el 7 de enero de 2022 con retroactivos al 1° de octubre de este año. A nosotros nos daba un respiro, porque cuando el cliente va a comprar al hipermercado y no se enoja con la góndola, pero sí pasa con los almacenes o autoservicios. Vemos la bronca e impotencia porque el dinero que traen no les alcanza», expresa Savore.

Asimismo, «pensamos que desde los monopolios iban a tener un diálogo y llegar a un acuerdo. El diálogo lo tuvieron pero no llegaron al acuerdo. Entonces, se puso esto de los precios máximos o como quieran llamarlo. A nosotros nos genera incertidumbre y preocupación. Por ejemplo, un aceite lo tenemos que pagar 136 pesos y lo tenemos que vender a 143. Nos deja 5% de rentabilidad. Aclaro que todos los productos que vendemos, con excepción de las dos empresas lácteas, las dos de gaseosas y las dos de cerveza que nos atienden de forma directa, el resto lo compramos a través de distribuidores o mayoristas. Tenemos un eslabón más».

Además, el titular del organismo explica, por ejemplo, «la leche, que la consumen nuestros hijos, por qué no hacer una patriada y respetar la rentabilidad que ni siquiera nos alcanza para pagar el costo eléctrico para refrigerar el producto, nosotros lo hacemos. Pero enfrentar mil quinientos artículos sin ganar nada, se nos va a complicar. Por eso, nos interesa tener una reunión. Estos días estamos haciendo un estudio de mercado para saber la rentabilidad de cada artículo para decir ‘podemos sumarnos’ o ‘discutamos con el mayorista, el monopolio y el Gobierno’ y busquemos equidad en esto, porque vamos a pagar ‘el pato de la boda’ porque ponemos la cara frente al cliente».

Finalmente, Savore manifiesta que «mucha gente que iba al hipermercado regresaron al comercio de proximidad porque una compra semanal, quincenal o mensual requiere llenar el changuito y son entre 20.000 y 25.000 pesos. Muchas familias por cuantificar más su dinero, se manejan más en el día y lo hacen más en el comercio del barrio, en el almacén, el autoservicio. No mentimos y vemos el mal humor de la gente cuando llega. Los hipermercados, que están en los lugares más estratégicos, solo representan el 30% de la comercialización de alimentos. El otro 70% está entre nosotros, las cadenas regionales y los mayoristas que ahora quieren ser nuestra competencia. Las reglas de equidad no están dadas. En definitiva, somos nosotros los que estamos en los barrios, donde el hipermercado no quiere estar. Por qué no armar el programa para que tengamos rentabilidad y el consumidor tenga acceso a esa mercadería porque hay una realidad: quienes menos ingresos tienen no van al hipermercado, van al comercio de proximidad».

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