Latinoamérica disminuye pobreza infantil

Al contrario de lo que sucede en España, en Latinoamérica la pobreza infantil se ha reducido del 55,3% al 40,5% entre los años 2000 y 2014. En un informe del Banco Mundial se señala que, pese a que la región aún está atrasada, lleva más de 10 años mejorando los indicadores sociales más importantes. Por el contrario, en el mismo lapso España ha registrado un incremento de este mismo índice. Del 24,1% en 2008 al 27,5 en 2014, lo cual coloca al país, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), entre los más altos del Viejo Continente.
«El primer paso para reducir la pobreza infantil es saber quiénes son y dónde están los niños y niñas vulnerables, para lo que se necesitan sistemas de medición eficientes. Aunque aún queda camino por recorrer, varios países latinoamericanos los crearon y gracias a ello implementaron políticas públicas exitosas», explicó Zafer Mustafaoglu, economista del Banco Mundial.
Entre las políticas que mencionan como causas para la reducción de la pobreza infantil se encuentran las «transferencias condicionadas de dinero», que es la entrega en efectivo a las familias más pobres con la única condición de que lo destinen a educación y la salud de sus hijos. De acuerdo con los datos del Banco Mundial, 129 millones de habitantes de 18 países de América Latina y el Caribe se benefician de esta clase de iniciativas. Estas transferencias buscan, por una parte, proveer el ingreso a la vez que generar oportunidades de trabajo.
Por ejemplo, en Brasil la Bolsa Familia redujo a la mitad la pobreza (del 9,7% al 4,3%) gracias a su alcance, que cubrió a 50 millones de brasileños de bajos ingresos, la cuarta parte de la población. En Argentina, la Asignación Universal por Hijo tiene como destinatarios a 3,7 millones de niños desde 2009. Con estas ayudas directas a las familias, el objetivo es lograr que los niños y adolescentes asistan a la escuela, se realicen controles periódicos de salud y cumplan con el calendario de vacunación obligatorio.

Este tipo de ayuda directa también fue implementado con éxito en México, Colombia, Ecuador y la República Dominicana y la Unicef cree que una herramienta de similares características permitiría en España disminuir la pobreza infantil en hasta un 7%.

Otro aspecto que ayuda en esa dirección es la creación de fuentes de trabajo. En la última década se han generado más de 30 millones de puestos de empleo en América Latina y se han sumado 70 millones de mujeres a la fuerza laboral. Con ello se incrementó la calidad de vida de millones de familias y también la de los niños y niñas de la región.

La educación es otro instrumento a tener en cuenta. En la región la tasa de deserción escolar en educación primaria cayó del 13% en 2000 al 8,3 en 2010, informó la Unesco. Pese a todo este panorama positivo, hay indicadores que señalan lo que todavía falta por hacer. América Latina muestra tasas de pobreza infantil que difieren entre cada país. Mientras que Argentina, Chile, Costa Rica y Uruguay registran índices del orden del 20%; en Bolivia, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Perú alcanzan un nivel del 72%, de acuerdo a la Cepal.

Al respecto, Mustafaoglu considera que «es necesario brindar educación a los niños e implementar políticas de promoción de los ingresos a través de transferencias, y también a través de la creación de oportunidades de trabajo. Al final, el ingreso laboral es el factor más importante para reducir la pobreza».