"Los Vagos" se presentó en el Festival de Mar del Plata

«Los Vagos», ópera prima de Gustavo Biazzi, se presentó en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. El debutante ya había trabajado como director de fotografía en películas como «La Patota» de Santiago Mitre y «El cielo del centauro» de Hugo Santiago.
La historia cuenta la vida de Ernesto, un veinteañero que viaja con su novia Paula a la ciudad de Posadas, y allí se bifurca entre la compañía de su novia y la de sus amigos «los vagos». Este joven parece vivir un verano en el que todas sus acciones van en una dirección: el sexo.

Amor, engaños y confusiones

Según la visión de su director, «Los Vagos» es un relato de un recuerdo de amor, pero también de engaños y confusiones. Ernesto recuerda su amor por Paula, por sus amigos y sus aventuras amorosas de verano. Pero pierde y destruye lo que quiere y sufre por esto. Finalmente, se recluye hasta que lentamente se transforma, crece.
No casualmente su director se dedicaba, y seguirá trabajando además, como director de fotografía, por lo que no extraña que su despliegue visual sea más que correcto. Hay un atrape en la forma visual de contar y en las buenas actuaciones. Sin embargo, esta linea de acción mencionada es la única a tratar, por lo que resulta un poco vacía de contenidos y floja de concepto.
Ernesto es un joven que solo piensa en tener sexo y que boya por la noche de Posadas sin realmente interesarse por nada y que, dado el momento, cuando pierde a su novia por este motivo, decide enderezar su camino. Resulta algo flojo y superficial.
De todas formas, aclaro que no necesariamente las películas deben ser complejas y enmarañadas para ser válidas o interesantes, pero a veces cuando una película trata un solo concepto suele desarrollarlo desde múltiples puntos y aspectos para transformarlo en una idea completa, con un discurso claro. «Los Vagos» se torna reiterativa y circula sobre un mismo punto.
Finalmente, vale mencionar que algunos chistes funcionan pero hay algo del estereotipo marginal del litoraleño que molesta un poco. Si bien hay un clima logrado, por momentos parece poner a los personajes en un lugar de clichés y parece que el chiste fuera el patetismo del «fiestero provinciano y pobre» que puede resultar hasta insultante.