Marcha por justicia y trabajo

Tras las idas y vueltas por la fecha, por su coincidencia con un aniversario trágico y la deserción de algunos compañeros de ruta, el camionero Hugo Moyano realizó la marcha de protesta y movilización contra el Gobierno en medio de los problemas judiciales que lo rodean. Y aunque fue el último orador del acto, obviamente fue el más importante.
De entrada usó el atril del escenario montado en la Avenida 9 de Julio para dejar en claro que «esta movilización que convocó el gremio de Camioneros y que es acompañada por muchas organizaciones fue aprobada en su momento por la Confederación del Trabajo» como forma de deslegitimar las bajas de algunos gremialistas de peso. Y enseguida fue a la realidad judicial y rechazó que este acto hubiera sido convocado para generar apoyo en los problemas legales que lo aquejan ya que, exclamó, «si tengo un problema tengo las suficientes pelotas para defenderme yo solo». Además, Moyano remarcó que no está involucrado en ninguna denuncia o causa por corrupción.

«Hambreando a la gente»

Acto seguido, dio comienzo a las críticas y cuestionamientos al Gobierno Nacional. El objetivo de esta movilización «es decirle al Gobierno, señor presidente no siga llevando adelante políticas que hambrean a la parte mas sensible de la sociedad, a nuestros queridos jubilados, a los queridos viejos, los han engañado con la reparación histórica», señaló Moyano y afirmó que «hay un millón y medio de pobres más, los han multiplicado. Llevan políticas para seguir hambreando a la gente».
En el cierre del discurso el camionero aseguró: «Estoy dispuesto a ir preso si la Justicia cree que tengo que ir preso. No tengo miedo de que me maten. Estoy dispuesto a dar la vida por los trabajadores. Lo digo de corazón. No me voy a ir del país. No tengo plata afuera como me quisieron inventar una vez».
Finalmente, Moyano se refirió a la situación social y a la estabilidad del Gobierno. «No somos golpistas. No somos antidemocráticos. Sí somos luchadores y vamos a luchar incansablemente y hasta que reconozcan los derechos de los trabajadores», manifestó.

Los discursos

Los anteriores expositores, alejados de la cuestión judicial, centraron sus cortas exposiciones en el aspecto económico. En el comienzo de la jornada habló Juan Carlos Schmid, uno de los líderes de la CGT, y sostuvo que «lo único que ha logrado este gobierno en estos dos años es hacer perder el poder adquisitivo de los trabajadores y jubilados».
Respecto a la convocatoria, afirmó que en enero un grupo de sindicatos expresaron en un documento que el gobierno redujo el poder adquisitivo de los trabajadores, perdonó deuda a evasores, dejó «llenar las góndolas argentinas con productos importados, atentando contra nuestro trabajo», endeudó el país de manera inaudita y hace cada vez más ricos a los ricos y cada vez más pobres a los pobres.
El secretario del sindicato de Dragado y Balizamiento afirmó que el motivo de la marcha se basó en los siguientes aspectos: «Exigimos negociaciones paritarias libres y sin topes; rechazamos en todos sus términos el Decreto 27/18, particularmente en los temas laborales, porque se permite embargar la totalidad de los salarios y atenta contra los fondos de sustentabilidad del sistema de seguridad social; apoyamos y acompañamos activamente a las organizaciones que se declaren en conflicto con estos fundamentos».
Finalmente, Schmid exhortó a los diputados y senadores a «que no acompañne la sanción de leyes que vulneran los derechos de los trabajadores de los sectores más desprotegidos del país».

Continuar la lucha

Otro expositor, y de los más entusiastas, fue el líder de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, quien es impulsor de un paro como refuerzo de las medidas de protesta.
Micheli dio comienzo a su discurso afirmando que el Gobierno Nacional «demoniza» a los sindicalistas y propuso «planear la continuidad de esta lucha» mediante la convocatoria a una huelga.
El gremialista acusó al gobierno de Mauricio Macri de pensar «que la mejor democracia es una democracia sin sindicatos» y sostuvo que el paro «es la mejor manera de parar los despidos». «En los ministerios nos cuentan que hay que apostar al trabajo para salir adelante y son todos vagos que vinieron a llenarse los bolsillos a costas de los que menos tienen», indicó.
Además de pedir la reincorporación de los despedidos, Micheli manifestó que «si no paran con el ajuste, con los despidos, hay que planear la continuidad de esta lucha», y propuso pensar en «construir un paro nacional» en caso de que no haya una respuesta positiva a los reclamos sindicales.
En el inicio de su discurso Micheli había endulzado los oídos de los asistentes al señalar que «como siempre que nos juntamos hace bien al alma, y la verdad que si hace bien al alma tratemos de hacerlo más seguido, porque cuando nos juntamos generamos esta sensación de esperanza en todos los trabajadores y trabajadoras del país».
Economía, justicia, trabajo fueron el mix de temas que sobrevoló toda la movilización gremial que, a la hora que estaba prevista que iniciaran los discursos, fue la hora en que empezó la vuelta a casa, ya que el inicio tuvo lugar dos horas antes de lo pautado. Ahora le toca mover al Gobierno.