Merci Tony

En una noche plagada de emociones, San Antonio Spurs oficializó la despedida del icónico base francés al colgar su camiseta en lo alto del AT&T Center. Estuvieron presentes Gregg Popovich, Tim Duncan y Emanuel Ginóbili. El armador galo jugó 17 temporadas y ganó cuatro anillos en la franquicia.

Fin de una era

En la noche del martes en el AT&T Center, colgaron en lo alto del techo del estadio la camiseta de Tony Parker, el base que junto a Manu Ginóbili y Duncan formó uno de los tríos más ganadores en la historia de la NBA y cristalizó una dinastía a lo largo de la década del 2000 y parte del 2010.

La ceremonia se dio luego del partido en el que los Spurs fueron derrotados por los Memphis Grizzlies. No faltó nadie: estuvieron Boris Diaw, Manu, Duncan, Popovich, David Robinson y Bruce Bowen.

El primer turno para hablar fue para el histórico coach. «Quiero disculparme por todo el maltrato físico y mental al que te sometí. Hace mucho que quería decírtelo», empezó con su jocosidad característica Pop. «Soy muy afortunado de haber visto tu evolución, de los 19 años hasta este momento. Me mejoraste, mejoraste a mi familia, hiciste que gastara todo mi dinero en los vinos que me recomendaste», continuó entre bromas, y sentenció: «Muy pronto estaremos ahí cuando entres al Salón de la Fama”.

Por su parte, el «almirante» David Robinson, que participó del primer campeonato logrado por Parker, recordó: «Tony es la razón por la que me retiré. La primera vez que entrenamos intenté perseguirlo, pero me dejó parado en el medio de la cancha. ¡Tenía 17 años menos que yo!».

Tim Duncan, siempre nombrado entre los cinco mejores de la historia, fue escueto pero apuntó certero: «En el inicio, el respeto creció con cada año que pasó. No tenía idea que sería mi base, el base con el que amé haber jugado en mi carrera».

Y le llegó el turno de la palabra a Ginóbili: «Llegué lleno de dudas. Tenía un compañero que no pensaba que yo pudiera hacer algo -mirada divertida a Duncan-, tenía un entrenador que pensaba que yo era un loco de remate. Pero tenía un base que sí creía en mí», comenzó Manu. «Pasamos por mucho. Tuvimos triunfos fantásticos, vivimos grandes momentos, vivimos muy malos momentos también, derrotas dolorosas. Tuvimos sesiones de video muy ásperas: la tuviste difícil, yo también, pero no tanto como vos. Siempre agradezco que, uno detrás del otro, nos mantuvimos juntos, fuertes. Compartir la cancha 15 años con vos, de la manera en que lo hicimos, fue grandioso».

«Por último, 15 años juntos, más de 1.000 partidos, muchos triunfos y varias derrotas, cientos de conversaciones después de cenar, en el fondo del micro, y ni siquiera tuvimos una sola discusión. Estaba tratando de recordar si tuvimos alguna… ni una», concluyó Manu. Se fundieron en un abrazo y le tocó a Parker devolver cada uno de los saludos.

Se divirtió con Bowen («mi primer ídolo» lo llamó), emocionó a Popovich («fuiste un increíble segundo padre, te la jugaste por mí») y, al final, quedó cara a cara con Duncan y Ginóbili: «Los últimos dos, ¿qué puedo decir?», expresó antes de ser interrumpido por una de las ovaciones más importantes de la noche. «Un base de Francia, un escolta de Argentina, un tipo de Islas Vírgenes, jugando juntos… ¡qué Big Three!».

«Si tuviera que elegir un equipo, iría a la guerra con ustedes. Fue un honor jugar con ustedes. Podría hablar de lo que hacíamos en la cancha, pero prefiero todo lo que aún hacemos fuera de la cancha: las charlas, pasamos tiempo juntos, el tenis… tengo que mejorar en el tenis, porque siempre pierdo contra Manu, hay que mejorar», dijo Parker. Y cerró: «La amistad es lo que más aprecio. Los amo. Estaremos juntos para siempre».

Finalmente, todos los ojos fueron llevados y quedaron hundidos en el techo del estadio, donde se descubrió la camiseta número 9 de Parker, al lado de la 20 de Ginóbili (retirada en marzo) y cerca de la 21 de Duncan (fue homenajeado en 2016). El Big Three eternizado en la cima de la que fue su casa por muchos años.

Seguramente pase un tiempo para volver a ver un trío tan dominante y longevo en la historia del básquet. Dichosos los coetáneos que pudieron atestiguarlos.