Messi es feliz

El capitán de Argentina, cuando está con la selección, se encuentra en su mejor estado, en todos los sentidos. Siempre sonriente y, más importante aún, su máximo nivel aparece cuando juega con los colores de su país.

El hecho de que Lionel Messi ame a la selección no es ninguna novedad, pero este último año fue de puro disfrute. Desde que logró conseguir un título con Argentina todo se volvió más sencillo. Este joven grupo de jugadores, junto con algunos veteranos, formaron una amistad y tienen una química como no la tuvieron otros en el pasado.

Es verdad que las generaciones pasadas cargaron con la responsabilidad de volver a convertir a la selección en campeona, ya sea de una Copa Mundial o de una Copa América, pero nunca lograron hacerlo.

El periodismo tanto como un amplio sector de la sociedad criticaba constantemente a la selección y, sobre todo, a Messi, el mejor jugador del mundo. A pesar de todas las críticas, Messi, Ángel Di María y Nicolás Otamendi siguieron luchando en busca de ese sueño: ganar un título con la selección argentina.

Tras varios intentos y fracasos, el éxito tocó la puerta del exjugador de Barcelona para darle su primer éxito, en el Maracaná, contra Brasil, en la Copa América 2021. Ni él mismo podía creer lo que había conseguido, de rodillas, llorando y con todos sus compañeros corriendo hacia él para abrazarlo. Se había acabado la sequía, Argentina era otra vez campeona.

La temporada de Messi fue complicada, pasó de pensar que iba a jugar en Barcelona a tener que hacer las valijas para mudarse a París y, además, no pudo realizar la pretemporada porque todo se arregló sobre la hora. Esta fue la segunda consecutiva en la que el astro argentino no la realiza, y a su edad se nota que lo afectó (aunque no demasiado). A pesar de esto, Messi era feliz porque sabía que a lo largo del año iba a tener muchos viajes para jugar con la selección, y eso le daba placer.

En un partido de Eliminatorias Sudamericanas recibió un fuerte golpe en su rodilla, que después le trajo algunos problemas. Posteriormente tuvo coronavirus, que le dejó secuelas respiratorias y decidió, erróneamente, volver a jugar antes de tiempo. Más allá de eso, no se perdió ninguna cita con el combinado nacional. En País Saint-Germain estaban molestos porque jugaba poco con ellos, pero eso no le preocupaba.

Después de todos esos inconvenientes y de terminar ganando la Ligue 1 con el PSG (no se lo vio feliz por obtenerla), viajó para jugar la Finalissima e intentar ganar un nuevo trofeo con Argentina, donde fue una de las figuras del partido y dio asistencias, solo le faltó un gol para cerrar la temporada de la mejor manera.

Lejos de importarle, este título sí lo festejó como corresponde: junto a todos sus compañeros. Ahora se tomará sus merecidas vacaciones pensando en la gran cita del año: la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA en Qatar.