Ni Una Menos con cuentas pendientes

Un nuevo 3 y 4 de junio pasó y en muchas ciudades de Argentina miles de personas se reunieron para reclamar sobre la violencia, sobre el ajuste económico y por la muerte de mujeres que tiene una estadística que revela que son asesinadas cada 30 horas, entre otras cuestiones.
En el año 2015 la periodista Marcela Ojeda publicó en la red social Twitter: «Actrices, políticas, artistas, empresarias, referentes sociales… mujeres, todas, bah… no vamos a levantar la voz? Nos están matando». Ese fue el mensaje central que originó este pedido y que aún resuena.

Hablar, el primer paso

Año tras año, en nuestra sociedad los reclamos se proliferaron, las ciudadanas y los ciudadanos comenzamos a hablar de algunos temas de los cuales antes solo se comentaban con pocas personas o en voz muy baja: abusos, «piropos» que las mujeres recibimos en la calle, partos que fueron una tortura, modelos de cuerpos imposibles de alcanzar, abortos realizados solas y en silencio, maltratos, golpes, marcas, lágrimas, reclamos y peleas que se escondían detrás de la palabra amor.
Las mujeres comenzamos a hablar con las palabras correctas con aquellas que enuncian el verdadero significado de esas realidades: violencia física, psicológica, simbólica, obstétrica, maltrato, femicidio, muertes, aborto. Dejamos de tener miedo a unirnos, a contarnos las vivencias y tristezas más profundas, a darnos nuestro apoyo y a buscar nuestra libertad.

Las cifras

Sin embargo, en este camino aún queda mucho por  andar. En el año 2017, según el Registro de Femicidios de la Justicia Argentina dependiente de la Corte Suprema de nuestro país (proviene del relevamiento de causas judiciales que se iniciaron entre el 1º de enero y el 31 de diciembre de 2017 en la Ciudad de Buenos Aires y 21 jurisdicciones provinciales), se registraron 273 víctimas letales de violencia de género. El 93% de los imputados eran varones con quienes las víctimas  tenían un vínculo o conocimiento previo y, aproximadamente, en el 60% de los casos eran sus parejas o exparejas.
Otro dato sumamente importante es que el 80% de los femicidios fueron cometidos en espacios privados y un 71% de los casos se cometieron en las viviendas de las víctimas. Además de las víctimas secundarias, que son 202 niñas, niños y adolescentes menores de 18 años de edad que se encontraban al cuidado de las víctimas de femicidios.
Estos datos nos brindan un panorama acerca de lo importante que es no solo prevenir la violencia en todos los ámbitos sociales, sino también en las relaciones de pareja, enseñando a las y los jóvenes a identificar la violencia y qué hacer con ella, cómo actuar. Nos obliga a pensar a los adultos, a los dirigentes de todos los ámbitos, a evaluar qué medidas son las correctas para abordarlas.
En primer lugar se debe evaluar el presupuesto para la aplicación de la Ley 26.485, incluir educación con perspectiva de género, trabajo genuino y vivienda para las víctimas de violencia y sus hijas e hijos, entre tantas cuestiones y reclamos que nuevamente se leyeron en el documento (que en asamblea, las distintas organizaciones consensuaron), en la plaza frente al Congreso.
En distintos sectores de la sociedad, el reclamo por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito esta presente ya que en Diputados, se debate el proyecto de ley para despenalizar el aborto en Argentina. Que este reclamo se haya  incluido en la marcha «Ni Una Menos», generó posturas en contra y a favor. Pero es parte de la realidad  de las mujeres y  una bandera que desde hace muchos años las agrupaciones feministas militan, el aborto es una de las causas de muertes en nuestro país, la cual se realiza en condiciones ilegales y arriesgando la vida de las personas. Es una cuestión de salud y no de individualidades.
Este grito no se calla y cada día es más fuerte. Las mujeres cis y trans, lesbianas, bisexuales y travestis queremos dejar de desgarrarnos con cada muerte, queremos contribuir en este cambio social y para eso es necesario que el Estado y sus representantes escuchen y acompañen el reclamo sobre la soberanía de nuestros cuerpos, porque sin #AbortoLegal no hay #NiUnaMenos.