«No es para nadie» es para todos

La Escuela de Frankfurt, banda formada en 2019, estrenó “No es para nadie”, cuya lírica ellos mismos describen como “una pintura de la sociedad egoísta y envidiosa en la que vivimos”.

Rockera y cancionera, la pieza contó con la grabación de Julián Baglietto y llega luego de lo que fue su EP debut, «Washington DC», el cual había sido producido por Mariano Di Cesare, cantante de Mi Amigo Invencible.

Con cuatro años a cuestas, La Escuela de Frankfurt presenta su nueva canción con el trabajo en la ingeniería de grabación de Baglietto. “No pudo aguantar el productor que lleva dentro y se puso a la par nuestra a grabar coros y teclas”, cuenta Marcos Paye, cantante y fundador de la agrupación, y no repara en elegios para su colega: “Es una persona muy generosa y, sobre todo, sabe mucho de música, tiene mucha capacidad creativa, aprendimos mucho con él”.

También nos adelanta que la idea de la banda, la cual se completa con Javier Fernández (guitarra), Jorge Pombo (guitarra y coros), Leo Tribouley (batería) y Walter Bass (bajo) es que Julián produzca el resto de las canciones que faltan grabar de lo que será su nuevo disco. “Estamos en tratativas y esperando el momento, ya que es un músico muy demandado”.

El anterior EP lo trabajaron con Mariano Di Cesare, ¿sienten como algo necesario ir juntando fuerzas con artistas reconocidos?

«No, sinceramente la elección de Mariano fue una oportunidad, estábamos grabando un estilo de música en ese momento que iba más con él que con otros productores. Mariano es un músico y productor increíble y maneja muy bien el indie. Nosotros enviamos mensajes con la propuesta y, si el productor acepta, genial… no perdemos nada, al contrario, aprendemos mucho de ellos.»

¿Desde dónde los fueron enriqueciendo ambos, más allá de lo musical?

«Julián nos hacía sentir muy a gusto con el espacio y el desarrollo de la canción, nunca nos presionó y siempre estaba tirando ideas nuevas para la canción. A pesar de que no la produjo, reitero, es muy generoso. Y Mariano nos abrió la cabeza en cuanto a la forma de producir nuestras canciones, sonidos nuevos, sintetizadores, sonidos de películas. Nos enseñó a escuchar que pide la canción y no cerrarnos en una idea.»

Esa pintura de la sociedad egoísta como describen en la canción, ¿cómo creen que se resignificó en tiempos de pos pandemia? ¿Mejor, igual, peor?

«Creo que salimos peores, un día aplaudíamos a los médicos y al otro los golpeábamos porque se contagiaban. Considero que se trata de un trabajo más profundo, estructural y cultural que debe venir desde arriba. Pero también pienso que el respeto, como todo, empieza por casa. Estamos rodeados de personas egoístas, envidiosas, y cuando digo esto no solo lo digo en nuestro círculo chico sino en nuestra periferia, están todo el tiempo esperando que te equivoques para marcarte el error. Error que ellos no cometen porque son cobardes y no se animan a vivir, pero cuando uno hace algo bien o mal, están ahí para decir que ellos lo habrían hecho mejor.»

Se nota en sus canciones un estilo variopinto. ¿Fue parte del objetivo desde el principio eso de fluir por distintos estilos musicales?

«Pasa por hacer lo que nos gusta y sin planearlo, primero, nos tiene que gustar a nosotros y si después le gusta a los demás, genial. No hacemos música pensando en un público X o una moda en particular, si no seríamos monigotes de la industria. Ojo, no estamos en contra de la industria, estamos en contra de hacer música específica para gustarle a tal o cual, creo que si hacemos eso perdemos el aura de la obra.»

¿Cómo es un show en vivo de la banda?

«Tratamos de presentar nuestras canciones en distintas versiones y a la gente le copa eso, parece. No es que van y van a escuchar la misma versión que en el último show. Para esta nueva etapa también estamos implementando un vestuario que tiene más que ver con La Escuela de Frankfurt, hacemos hincapié en nuestros colores, en nuestro logo, en LEDF y la bandera alemana. También estamos implementando una atmósfera de época en nuestra escenografía. Es un lindo cocoliche, están invitados, se van a divertir. Como dice Javier, nuestro guitarrista, ‘somos una bolsa de caramelos, vas a meter la mano y seguro uno te va a gustar’.»