No queda otra

“Último recurso” es una nueva película de un nombre conocido en el circuito de festivales nacionales: Matías Szulanski. “Juana Banana” se presentó en la edición más reciente del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y, después de apenas unos meses en el medio, ya tenemos otra más de sus rarezas low fi, atravesadas por una máxima explotación de recursos mínimos. En este caso, podría agudizarse una fiebre mundialista desde la intención que tiene la sinopsis del catálogo digital del 24° BAFICI, evento que incluye a este nuevo opus como la película de apertura.

La premisa parte de una potencial conspiración sobre la primera Copa Mundial de Fútbol, que no fue en 1930 sino en 1926 y que, por alguna razón, fue borrada de los anales de la historia, por supuesto, el campeón fue Argentina. A una redacción de una revista deportiva -opaca y casi en la agonía de una desaparición- llega un paquete todos los días con pistas: la primera sobre un jugador de fútbol de la selección argentina que podría haber sido el primer goleador, antes de Guillermo Stábile. La encomienda de esta aventura cae en manos de una periodista experimentada (María Villar, de las películas de Matías Piñeiro) y de una joven pasante recién llegada (Tamara Leschner).

Este dúo improbable encara una investigación al mejor estilo de muchas aventuras motorizadas por el hambre del descubrimiento de algo inédito. Lo mejor -por no decir lo único destacado- está en las dos actrices con una química que solo el cine puede lograr a partir de gags visuales (el de las cachetadas y la tirada de pelo, que se repite varias veces con igual efecto) y un puñado de diálogos bien construidos.

De todos modos, no basta solo con los personajes, en especial porque la promesa de la historia se desvanece sin ni siquiera carretear, el misterio no ofrece ningún peligro para las periodistas en el medio de su búsqueda, ni tampoco hay una “fuente de oro” debajo de un arco iris. Que las relaciones entre ellas y sus peripecias se ubiquen por delante de la investigación nunca tiene una resolución reconfortante, más bien, la línea narrativa es monocorde casi sin alteraciones con momentos que podrían haber sucedido de otra forma, sin cambiar su importancia dramática no hubiera cambiado. La austeridad de ciertas locaciones, sobre todo la redacción, complotan con la economía general de una película estirada como un mal lifting.

Ningún favor le hace la decisión del festival al presentar “Último recurso” como la película de apertura de la nueva edición del BAFICI. Si pensamos en títulos de años anteriores se puede mencionar a “Pequeña flor” de Santiago Mitre, la sorprendente “Bandido” y hasta “Brand Upon the Brain!” del querido Guy Maddin en el Teatro Coliseo. Hoy, como pequeña muestra de la devaluación del festival, el puntapié inicial no es un evento, es una comedia más y presentada en el último cine sobreviviente de la calle Lavalle. Quizá, lamentablemente, en ese pozo cayó el otrora Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires, en el de la intrascendencia. Ojalá se trate solo de un comienzo errático y que el resto de la edición transite por senderos más cercanos a los de muchos años atrás.

“Último recurso” puede verse el jueves 20 de abril a las 15:30 horas en el Multiplex Lavalle, el domingo 23 a las 19:30 horas en el Anfiteatro de Parque Centenario (gratis) y el sábado 29 a las 19:20 horas en la Sala Leonardo Favio del Cine Gaumont.