Primera jugada

Desde la fecha de su estreno en Netflix, «Gambito de Dama», la historia de una joven prodigio del ajedrez que debe luchar contra el sexismo y sus adicciones personales para alcanzar el éxito, fascina a los usuarios de la plataforma, convirtiéndola en una de las series más vistas hacia finales de 2020. Un año en el que, sin dudas, al streaming le va muy bien. Nuestra necesidad de entretenimiento y de aprendizaje respecto a múltiples temas durante la pandemia, hicieron que producciones como esta resulten una buena inversión de tiempo, ya que no solo nos ofrece un formato menos demandante (el de la miniserie) sino que, además, lo hace con una excelente historia que está emocionantemente dirigida por Scott Frank, guionista de películas como «Logan» (2017) y «Minority Report» (2002), y que cuenta con un trabajo impecable en los departamentos de arte y de vestuario.

¿Quiénes son las mentes creativas detrás del vestuario y el diseño de producción?

Con respecto al vestuario, la encargada fue la estilista Gabriele Binder, que trabajó en películas como «La Vida de los Otros» (2007), ganadora de múltiples premios internacionales como el Cesar en Francia, el Bambi en Alemania y el Oscar en los Estados Unidos. También fue la diseñadora de vestuario para la película de 2011 «En Tierra de Sangre y Miel», dirigida por Angelina Jolie. Además de participar en dos episodios de la miniserie «Die Dasslers» (2016), producción que retrata la historia de Adolf y Rudolf Dassler, fundadores de las empresas Adidas y Puma, respectivamente.

Estos son algunos de los proyectos en los que se involucró Binder, sin embargo, su trayectoria es considerablemente más amplia. De manera que si tenemos en cuenta las producciones mencionadas y otras de sus participaciones en diferentes equipos de filmación, saltará a la vista que es muy eficiente retratando épocas. Tal y como lo demostró en «Gambito de Dama».

El arco dramático de un armario

La serie se ambienta en los años 60′, por lo que podemos observar parte de la evolución de la moda en dicha década, y percibir la transición entre algunas siluetas de los 50′ (representadas inicialmente en Alma Wheatley, madre de la protagonista), y de los 70′ (cuando Beth Harmon acude al campeonato de Ohio en 1967).

El periodo histórico nos permite observar cambios en la indumentaria, no obstante, son el reflejo de la evolución emocional y económica de la ajedrecista. Inicialmente la vemos competir con un mini vestido, casi infantil, color azul petróleo, debajo del cual lleva una camisa de cuello bobo. Sin embargo, a medida que avanza en su carrera el vestuario se vuelve más sofisticado, de manera que del simple atuendo de colegiala pasamos a mini vestidos con líneas blancas o negras, faldas amplias de fino tartán, abrigos elegantes y zapatos de variadas alturas: flats, taco bajo, medio y alto.

Por otra parte, la paleta de colores se va expandiendo conforme se desarrolla el relato. Así, los tonos neutros se convierten en los principales aliados de Beth: negro, blanco, crema, gris y mostaza, hasta que el personaje empieza a presentar notas de color con prendas: verdes, rosadas y bordeaux. Crea looks que armonizan perfectamente con su cabellera. Este último componente de la apariencia de Harmon va presentando diferentes cortes con el paso de los años, complementando una de las características esenciales de Beth, una chica que no solamente busca ganar sino que, además, está interesada en encontrar su belleza, la del mundo exterior y la del lenguaje de las cosas.

Como dato curioso, hay que mencionar que la decisión de que la campeona de esta ficción fuera pelirroja. Viene dada gracias a una sugerencia que hizo la actriz Anya Taylor-Joy, quien interpretó maravillosamente el rol, cuando terminó de leer la novela homónima en la que está inspirada la serie -escrita por Walter Tevis en 1983-. Taylor-Joy imaginaba al personaje de esa forma. Creía que ser pelirroja le aportaría carácter a Beth Harmon. Vaya que tenía razón.

Locaciones, decorados y fotografía

«Gambito de Dama» no solo cuenta con buenas actuaciones y un excelente vestuario, la selección de las locaciones y el diseño de interiores que acompañó el viaje de nuestra heroína son otro punto a favor de la historia.

El encargado en el diseño de producción fue Uli Hanisch, reconocido por su trabajo en el mismo departamento de las película «Cloud Atlas» (2012) y «El Perfume: historia de un asesino» (2006). Además, contó con tres profesionales en la dirección de arte: Kai Koch («En Tiempo de Brujas», 2011), Daniel Chour («Hotel Lux», 2011) y Thorsten Klein («Timm Thaler o el niño que vendió su risa», 2017). Un equipo que logró unificar criterios y presentar cada una de las locaciones teniendo en cuenta todos los detalles: desde las alfombras que cubrían los pisos, los diseños en los tapices de las paredes, el color de los muebles y los objetos decorativos encontrados en la casa de la señora Wheatley, hasta la correcta combinación cromática y disposición de los productos en la farmacia del pueblo en el que se ubica dicha residencia.

En este apartado también es pertinente mencionar -por el manejo de la luz, entre la delicadeza y el dramatismo, o la balanceada composición de su imagen-, al encargado de la cinematografía. Su nombre es Steven Meizler, también trabajó en la fotografía de la producción «The OA» (2016-2019) y más recientemente en la película «Arkansas» (2020).

La última pieza

«Gambito de Dama» es una miniserie recomendada, en la que el director Scott Frank logra adentrarnos en un universo de ajedrecistas que resulta fascinante. Tanto los antecedentes dramáticos en la vida personal de la protagonista Beth Harmon -que la encaminan a desarrollar un carácter complejo en el que se manifiestan perfectamente la intelectualidad, la soledad, la sofisticación y el valor- como el manejo de las secuencias en las que los jugadores se enfrentan, cargadas de emociones diversas, facilitan la conexión entre dicho universo y el espectador, probablemente ajeno a las referencias técnicas respecto al ajedrez y su sistema de competitividad, lo cual no puede ser otra cosa más que un logro considerable.