Rayo de luz entre tanta oscuridad

Independiente transita el final de una temporada futbolística horripilante, no solo por los resultados, donde no consiguió ninguno de los objetivos sino también por el juego, materia en la que, salvo chispazos aislados en momentos esporádicos, no pudo consolidar una idea de juego acorde con las exigencias de un club tan grande. Lejos estuvo de ser un equipo sólido y convincente, además de muchos niveles individuales de jugadores muy bajos.

Estos últimos dos partidos que le quedan (frente a Banfield como local el próximo domingo y la visita a Boca en la «Bombonera») marcarán el final de ciclo para varios futbolistas (se vencen 13 contratos en diciembre) y, muy posiblemente, para su entrenador, Julio César Falcioni. El «Emperador» está en el centro de las críticas de muchos hinchas que no coinciden con su manera de ver el fútbol y la nueva dirigencia, con Fabián Doman a la cabeza, ya avisó que seguramente se busque un nuevo rumbo y no se contará con sus servicios para el 2023.

Un panorama oscuro y difícil para la Comisión Directiva y el posible nuevo director técnico, que tendrán que rearmar un equipo casi por completo, con un agravante para nada menor que es la crítica situación económica del «Rojo», que achica aún más el margen de maniobra. Para peor, como consecuencia de esta pobre temporada, se quedó sin la chance de jugar competencias internacionales el año próximo, algo que es un oxígeno en la parte monetaria por los premios y los derechos de televisión que el club percibe solo por participar.

El miércoles, el equipo tuvo otra penosa y triste presentación como local por la fecha 25 de la Liga Profesional y no pasó del empate frente a Barracas Central, un punto que le sirvió únicamente para seguir deambulando por la mitad de la tabla. Mediocridad absoluta para el equipo más ganador de América, que hoy es un cúmulo de malas noticias. A eso lo llevó la dirigencia anterior de Hugo Moyano y Héctor Maldonado, y le costará un tiempo reacomodarse para volver a escribir páginas doradas en su historia.

La realidad marca que son muy pocas las cosas que se pueden rescatar y una de ellas es Iván Marcone, quien frente al «Guapo» marcó su primer gol con la camiseta roja. El volante central, confeso hincha de la institución, llegó en junio de este año para cumplir el sueño de toda su vida y desde un primer momento, aún cuando ni siquiera había jugado un minuto, contó con la banca y el cariño de los hinchas, que vieron cómo uno de ellos pasaba de la tribuna al campo de juego.

El inicio fue complicado: entró en un equipo que no ofrecía ningún funcionamiento y se le notaba la falta de ritmo futbolístico que traía el mediocampista, ya que antes de firmar se encontraba de vacaciones y estaba hacía algunos meses sin jugar. Además, tuvo que lidiar con un dolor en la cadera. Todo eso lo llevó a parar algunas semanas para poder recuperarse bien y ponerse a tono física y futbolísticamente. Al regresar de esa «mini pretemporada», se vio la versión que fue a buscar a Independiente: aquel volante que apareció en Arsenal, la rompió toda en Lanús y fue figura en el Cruz Azul. Técnica, calidad, recuperación, presencia, personalidad y ese plus que le da jugar para el club del cual es hincha.

Una de las principales razones de la seguidilla de victorias que encadenó el equipo de Falcioni tuvo mucho que ver con el nivel del número 23, quien le dio una imagen muy distinta al mediocampo. Y, con ese nivel, si ya la gente lo quería antes de que debute, cuando empezó a mostrar lo que verdaderamente puede dar dentro de la cancha se metió en el corazón y es, por lejos, uno de los más queridos del plantel actual. Las cosas le pueden salir mejor o peor, pero siempre demuestra una actitud y un compromiso por el club, producto del cariño que le tiene, que hacen que el hincha se sienta identificado.

Dentro de este penoso 2022 para Independiente, Iván Marcone es de lo más rescatable y da un atisbo de esperanza de cara al futuro. Después de tanto buscarse, los caminos de ambos por fin se cruzaron, el mediocampista respondió en la cancha y la gente lo banca «a muerte», teniéndolo como el principal referente para lo que será la «refundación» que comenzará a partir de 2023, que hoy por hoy tiene incógnitas, pero una cosa es segura: el volante central será Marcone. Porque en la oscuridad que hoy es Independiente, Iván Marcone es un rayo de luz.

Artículo elaborado especialmente para puntocero por Matías García.