Trumpetazo

Contra la mayoría de los pronósticos, Donald Trump resultó triunfador en las elecciones presidenciales estadounidenses y, a partir del 20 de enero de 2017, se convertirá en el 45° presidente de Estados Unidos.

¿Contra todos los pronósticos?

En particular, no me extrañó su victoria. De esta manera y tras su primer presidente perteneciente a la minoría afroamericana, Estados Unidos aún todavía espera para tener su primera Jefa de Estado femenino. Ahora Donald Trump, de 70 años, magnate neoyorquino y anti sistema, tendrá la responsabilidad de gobernar los Estados Unidos.
Los últimos números señalaban que Trump alcanzaría los 306 electores, mientras que su rival Hillary Clinton quedaría con 232, Para ser elegido como mandatario es necesario obtener 270 electores. Sin embargo, en lo que hace a cantidad de votantes la exsecretaria de Estado obtuvo 59.680.035 y el magnate 59.479.278, menos de un uno por ciento de diferencia. Por esas raras alquimias de los electores y de cómo se distribuyen los mismos entre los candidatos da estos resultados cruzados, pero el más importante se lo quedó Trump.
Para cimentar su victoria el candidato republicano venció ajustadamente en Florida y sumaba, además, otros distritos clave en disputa como lo son Carolina del Norte, Ohio y el Estado de Iowa. Por su parte, los 55 electores de California no bastaron para que Clinton suceda a Barack Obama.
Trump, un outsider de la política, basó su campaña en un discurso extremo y ultra nacionalista, con ataques a los inmigrantes y cuestionamientos a los acuerdos económicos como el NAFTA y las relaciones con Europa. También sostuvo la necesidad de impedir la entrada de musulmanes con el argumento del terrorismo, así como deportar a quienes hayan ingresado al país de forma ilegal.
Asimismo, en el campo económico se espera que incremente el proteccionismo y prometió reducir los impuestos a los sectores concentrados en pos de generar puestos de trabajo.
Ni siquiera su pobre performance a lo largo de los tres debates con su contrincante hizo mella en Trump y las denuncias sobre acoso, misoginia y xenofobia no resultaron obstáculos para su llegada a la Casa Blanca.

La Unión Americana

En el discurso que ofreció tras ser felicitado por Clinton, Donald Trump aseguró que «es hora de unirnos, voy a ser el presidente de todos los norteamericanos». A las 3 de la madrugada (hora de New York) Trump remarcó que había sido felicitado por Hillary Clinton y expresó: «A todos los republicanos, demócratas e independientes en esta nación les digo que es momento de que nos reconciliemos como un pueblo unido», a la vez que elogió a su contrincante y sostuvo que Estados Unidos tiene una «deuda de gratitud» con Clinton.
Además, Trump prometió mantener buenas relaciones con otros países y, dirigiéndose a sus críticos, señaló: «Les pido su orientación y su ayuda para que podamos trabajar juntos y unificar nuestro gran país».
Por otra parte, sostuvo que asumirá su mandato respaldado por «un gran movimiento» de millones de personas «que aman a su país y quieren un futuro mejor para ellos y sus familias». «Es un movimiento formado por estadounidenses de todas las razas, religiones, orígenes y creencias, que quieren y esperan que nuestro Gobierno sirva a la gente», subrayó y convocó a sus conciudadanos a «empezar la tarea urgente de reconstruir nuestra nación y renovar el sueño americano».
Mientras tanto, Hillary Clinton les habló a sus seguidores y señaló que felicitó a Trump por su victoria y declaró que «le ofrecí trabajar con él por nuestro país. Espero que sea un presidente exitoso». Acompañada de su esposo, Bill Clinton, la candidata demócrata expresó que «este no es el desenlace que queríamos (…) pero siento un gran orgullo y gratitud por esta campaña en la que trabajamos juntos. Ustedes representan lo mejor de Estados Unidos». Hillary también manifestó que «él será nuestro presidente, le debemos una mente abierta y la oportunidad de liderar. Respeto la transferencia pacífica del poder», indicó.
Finalmente, Clinton afirmó que está «convencida de que juntos somos más fuertes» y que «tengamos fe uno en el otro. Habrá otras temporadas. Habrá más trabajo por hacer».