«Wajib», una obra de arte del cine palestino

En el marco de la competencia internacional del Festival de Cine de Mar del Plata se presentó «Wajib», que luego sería la gran ganadora de esta categoría.

Pocos directores tienen los récords que tiene Annemarie Jacir: su cortometraje «Like Twenty Impossibles» fue el primero realizado por alguien de Palestina en ser seleccionado para el Festival de Cannes y su ópera prima «Salt of This Sea» (2008) fue la primera película dirigida por una mujer palestina.

Sobre «Wajib»

Shadi, un joven que vive en Roma, vuelve a su hogar en Palestina para ayudar a su padre con los preparativos de la boda de su hermana. La película será una road movie en la que acompañaremos a este padre e hijo mientras recorren su ciudad repartiendo invitaciones para la ceremonia. La cinta está sostenida en la cantidad de contenido que nos entrega de forma tan sutil y sensible. En cada diálogo, en cada palabra no dicha, en cada gesto, en cada mirada, en cada pausa minuciosamente medida, entramos en una intimidad familiar que nos llena el alma de sensaciones respecto de este frágil vínculo.

Un padre que parece apegado a su tradición y se denota anticuado se muestra despectivo con la vida que lleva su hijo en el exterior y en lo que se ha transformado. Shadi, su hijo, parece que renegara de su padre y de las tradiciones. «Ha conocido el mundo» y abrió su mente. Tiene una vida construida allí afuera, lejos. Adentro del auto la distancia física entre ellos es mínima, pero la distancia en su relación parece imposible de medir. Nos expone a las tensiones de un cariño que se pone a prueba.

A cada minuto nos dejamos envolver más por el tono de la película. No solo es conmovedora, tiene sus momentos divertidos y otros más serios así como también poéticos. Los mensajes referidos al conflicto social y político de su región son inevitables y nos pintan una realidad y un contexto que muchos desde tan lejos solo podemos tocar de oído y muy superficialmente.

En el relato avanzaremos hasta comprender profundamente a los protagonistas, llegaremos a saber qué piensan nuestros personajes cuando no hablan, qué quisieran decir y cómo se sienten en cada mínimo gesto. Además, llegaremos a conocer cuánto desean conectarse como padre e hijo pero cuáles son las tensiones que se los impiden;para, luego, reconocer todo en lo que se parecen y todo lo que comparten. El amor que no se manifiesta en el vínculo pero que está ahí, a pesar de todo.

Sentimientos universales

Todos los componentes de la película son impecables y nos llevan a dar un recorrido por hermosas emociones de una forma muy genuina.

Finalmente, vale expresar que resulta mágica la forma en que la película logra atravesar tan contundentemente las barreras idiomáticas, culturales y demás factores que creemos que nos separan para unirnos, sin ningún tipo de problema de empatía, mediante sentimientos universales de forma tan sensible. Eso logra una obra de arte como lo es «Wajib».