Balance de cine argentino

Se termina el año 2024 y llega el momento de hacer algunos balances. Para el cine argentino se cumplieron las promesas de campaña en las que Javier Milei anticipaba que, de ganar las elecciones, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) sería «destruido».

Y así fue, el ahora Presidente de la Nación mantuvo desde el comienzo a la cultura en su radar. En principio con un ahogo económico dentro de las medidas destinadas a alcanzar el superávit fiscal, y ahora se consolida cada vez más lo que ellos llaman como su propia batalla cultural. La idea oficial de que hay que dejar de hacer «películas que no ve nadie» es la que marcó el año.

En los últimos meses, el INCAA abrió algunos concursos y estableció pautas que modifican la forma de financiamiento y acceso al fomento, los resultados de un año con escasa producción empezarán a impactar desde el año que viene pero, probablemente, las verdaderas consecuencias se reflejen aún más adelante.

Así y todo el cine nos argentino nos ofreció destacables películas que pintan todavía una amplia diversidad temática y estética. A continuación, ofrezco 10 títulos y algunas menciones de las que, según un criterio absolutamente personal, son para mí las películas del año.

Las menciones son para las ineludibles y hermosas películas que nos dejó este 2024: «La práctica» de Martín Rejtman, «El viento que arrasa» de Paula Hernández, «El hombre que amaba los platos voladores» de Diego Lerman, «El agrónomo» de Martín Turnes y «Mixtape La Pampa» de Andrés Di Tella.

10-Partió de mí un barco llevándome

Documental dirigido por Cecilia Kang que recupera la historia de las “comfort women” (mujeres que durante la Segunda Guerra Mundial fueron utilizadas como esclavas sexuales por el Ejército Japonés) y trae a la actualidad un diálogo a través del tiempo con Melanie, una joven actriz argentino-coreana que se prepara para interpretar un texto sobre las vivencias de estas mujeres. Esta película fue víctima de las mentiras del vocero presidencial Manuel Adorni, que la señaló como una de apenas algunos espectadores y obligó a la directora a mostrar cómo había sido la recepción verdadera.

9-Simón de la montaña

Dirigida por Federico Luis Tachella. Simón, un joven de 21 años que vive al borde de la Cordillera de los Andes, comienza a acercarse y pasar tiempo en un centro de actividades para chicos con distintas discapacidades. Se mimetiza, intenta ser como ellos, algo que incomoda y llama la atención de quienes lo rodean. La película acompaña de cerca a un personaje indescifrable que sale al cruce de todo preconcepto que pueda tener el espectador. Lorenzo «Toto» Ferro en un trabajo asombroso.

8-Después de Un buen día

Documental dirigido por Néstor Frenkel sobre el fenómeno alrededor de «Un buen día» de Nicolás del Boca, la película que muchos consideran la peor de nuestro cine, mientras otros desarrollaron una fascinación especial. Frenkel nos regaló la comedia del año que, además, curiosamente puede invitarnos a reflexionar sobre la idea de éxito y fracaso. Otra película víctima de las mentiras de Manuel Adorni.

7-El cambio de guardia

Un documental de Martín Farina que habla sobre «la grieta». El registro de las discusiones del grupo de amigos de su padre sobre política nos deja espiar una dinámica compleja entre personas que se quieren pero que no comparten la misma visión del mundo, discusiones que marcaron la cotidianidad fuertemente durante la época del kirchnerismo y antikirchnerismo y que nos sigue interpelando ante la más urgente actualidad. Farina es experto en organizar el montaje de este tipo de registro para llegar a un resultado simpático, tierno y reflexivo.

6-Imprenteros

De Lorena Vega y Gonzalo Javier Zapico. La pregunta inicial es: «¿qué es una familia?». Lorena, Federico y Sergio son hermanos y hacen una obra de teatro donde evocan el taller de imprenta de su padre al que no pudieron regresar luego de su fallecimiento. La pandemia pausó la obra, pero activó la idea de hacer un libro y el proceso del libro dio el puntapié al documental. La unión de todos estos lenguajes fluye de manera sorprendente, como si fuera el destino natural de las cosas, como si fuera obvio, como si no fuera un milagro que esta película exista tal cual es.

5-El jockey

Dirigida por Luis Ortega. Remo Manfredini (Nahuel Pérez Biscayart) es un jockey prodigioso que lleva una vida descontrolada, los excesos ya no le permiten correr como antes y hacer ganar dinero al empresario Rubén Sirena (Daniel Giménez Cacho). Remo es excéntrico y autodestructivo, su cable a tierra es su pareja Abril (Úrsula Corberó), otra jocketa que debe decidir entre continuar con su embarazo o seguir corriendo. El viaje de los personajes hacia sus descubrimientos se desenvuelve de una forma surreal predominantemente cómica.

4-Algo viejo, algo nuevo, algo prestado

Dirigida por Hernán Rosselli. Los Felpeto administran desde hace varias décadas un negocio de apuestas clandestinas. Desde que su padre murió, Maribel y su madre, Alejandra, quedaron a cargo de la empresa familiar. En el presente acechan los allanamientos y la organización para acercarse a un punto de quiebre. Y, paralelamente, viajamos al pasado de la familia a través de archivos que funcionan como flashbacks. Rosselli filma la ficción con una mano documental y trata al archivo con un manto poético más propio del artificio, ese borde difuso pierde importancia y el espectador debería asumir su vulnerabilidad ante la ilusión creada por el director, en lugar de intentar descubrir los trucos.

3-El escuerzo

Dirigida por Augusto Sinay. Basada en el cuento homónimo de Leopoldo Lugones y resultado de un enorme trabajo de producción, nos ubica en Argentina en 1866 y nos ofrece un relato fantástico. Venancio (Cristóbal López Baena), un joven gaucho, mata a un escuerzo y desata una aparente maldición que lo persigue. Emprende un viaje entre cuatreros y desertores en busca de alguna salvación. Una película tan inesperada como arrolladora.

2-Alemania

Dirigida por María Zanetti. Entramos a esta película desde el punto de vista de Lola (Maite Aguilar), una adolescente cuya principal motivación se centra en hacer un viaje de intercambio a Alemania, un viaje que parece imposible por la economía del hogar y por el desborde general que vive su familia, atenta a la evolución del trastorno bipolar de Julieta, su hermana. Pero Lola insiste y busca alternativas para conseguirlo y la película recorre de forma inmersiva su subjetividad para intentar entender todos los motivos que hacen importante este viaje.

1-Los tonos mayores

Dirigida por Ingrid Pokropek. Ana (Sofía Clausen) tiene una prótesis metálica dentro de un antebrazo por algún accidente en la infancia. Tiene unos 14 años, una mejor amiga y vive con su padre. Comienza a percibir vibraciones en el brazo que se pueden interpretar como mensajes en código morse y pronto van a cambiar su placa pediátrica por una para adultos, por eso tiene poco tiempo para descifrar ese mensaje, que cree que puede ser su madre desde el más allá. En el camino se cruza con curiosas amistades y atraviesa la crisis propia de una niña que crece y se lleva algunas ilusiones mágicas para resolver aquello que le duele.