A flor de piel

Todos los sábados, en el Teatro La Máscara, reducto de resistencia cultural y creativa del actor y director Norberto Gonzalo, se repuso la obra teatral «El Gran Deschave», aquella original propuesta de Sergio De Cecco y Armando Chulak del año 1975 que tuviera a Federico Luppi y Haydée Padilla en los roles centrales.

Este potente texto de hace 50 años, que nos brindara una mirada de avanzada acerca de la violencia doméstica y de esas pequeñas «grandes» rencillas cotidianas del mundo de la intimidad de una pareja, adquiere una fuerte resignificación a la luz de la creciente concientización que la sociedad (no sus dirigentes) comenzó a digerir en las últimas décadas.

Pero como todo texto inteligente y buceador, el mismo no descansa en la periferia de un enfrentamiento conyugal, ya que descascara con una ferocidad inusitada esa soledad exasperante de sus criaturas, ignoradas, estafadas, burladas por su entorno social y familiar más próximo.

Justamente allí, tras la apariencia de una provocación erótica, afloran frustraciones, silencios ahogados, complicidades ocultas y reclamos añosos que irán, desgajando como una cebolla, las complejas capas de este complejo entramado vincular.

Para poder dar vida a esta pareja, se necesitaban actores sólidos, versátiles, que entregaran su talento y su alma al servicio de este cometido, y Daniel Loisi y Brenda Peluffo cumplen con creces con este desafío, bajo la inteligente dirección de Eduardo Pavelic.

Si tuviéramos que trazar un paralelismo entre los habitantes de esta obra y nuestro país, podríamos advertir la semejanza con que esta sociedad deja a sus criaturas a la deriva, expuestas, en una gran soledad y sin refugio en el cual guarecerse.