Hermanos de sangre

El urgente presente podría tentarnos en llamar a los hermanos Danny y Michael Philippou como prodigios del cine de terror actual. Lo cierto es que surgieron en la escena con «Hablame», interesante en partes iguales por la irrupción novedosa de un concepto y por el tratamiento de la dimensión formal a la hora de narrar con imágenes, esto último tiene un valor significativo tratándose de un contexto preocupante acerca de la subestimación al espectador, al cual se le informa de todo solo a través de diálogos, como podemos apreciar en varios de los estrenos de las últimas semanas, en cine tanto como en plataformas.

La pregunta es la misma que se le hace a cualquier director que tiene una ópera primera exitosa: «¿y después qué?». La respuesta aquí es «Haz que regrese» («Bring Her Back»), una película parecida pero distinta a la anterior de los Philippou. Si bien acá los dos personajes principales son también adolescentes, al igual que en «Hablame», el mundo en esta historia está dominado por adultos del horror.

Andy (Billy Barratt) y Piper (Sara Wong) son dos hermanastros, ambos hijos del mismo padre, quien muere repentinamente de un ACV mientras se duchaba. Andy, a pesar de estar a meses de cumplir la mayoría de edad, todavía no puede hacerse cargo de su hermana, por lo tanto, ambos quedan a resguardo del Estado. Una tutora aparece para hacerse cargo de Piper (quien, además, es ciega porque solo ve siluetas y brillos), sin embargo, la insistencia de su hermano para que adopten a los dos hace que finalmente terminen en la misma casa.

El nuevo adulto a cargo es Laura (Sally Hawkins), una mujer que no tarda en presentar rasgos extraños. Además de ella, en la casa habita Oliver, otro niño adoptado, quien presenta un mutismo selectivo y muchas más características notorias de perturbación. Que Laura esconde algo y eso la hace un personaje siniestro no hay dudas, la mayor virtud de los Philippou es la confianza en hacerle seguir al espectador una línea marcada para luego torcer el sentido en el momento menos esperado.

La historia encierra muchos lugares transitados, el del duelo a una corta edad y la forma de lidiar con una pérdida, por ejemplo. La vuelta de presentar esa idea en una doble mano es lo que transforma la recurrencia en una renovación de arquetipo, es decir, el sentido de la muerte de un ser querido, sufrido aún más por una cuestión de linaje está también marcado a fuego en el personaje de Laura, quien perdió a su hija pequeña en circunstancias dudosas en la piscina de su casa.

Todos los elementos ubicados en el pizarrón del relato tienen, en algún momento de la trama, su oportunidad para transformarse en algún tipo de sentido, ya sea para acomodar la narración hacia una carga progresiva como para que los personajes sean tridimensionales, sin acciones azarosas o arbitrarias. Un caso es el uso del volumen alto de la música que lo vemos a la par de los hermanos al momento que llegan por primera vez a la casa de Laura, o que Andy consuma creatina en pequeñas dosis. Casi toda la información aportada es a través de imágenes y aquello que no tiene una explicación concreta queda suspendido en una atmósfera tétrica, específicamente sucede con los VHS que ve Laura de una secta rusa (al menos eso se infiere por el idioma en el que hablan en los videos).

El guion de relojería, donde todo cierra y tiene un sentido, también ofrece dos o tres momentos perturbadores, como toda película de terror que se precie de tal debería brindar. Uno de ellos es la escena del cuchillo, quienes pasen por la experiencia de verla la sentirán por un largo tiempo, probablemente se ubicará en el panteón de los fragmentos terroríficos del último tiempo. En el espiral de angustia vivido, también otra cuestión bien abordada para el género, los directores entienden que, si durante toda la película el público está destinado a pasar por una pesadilla sin resquicio para el optimismo, el final no puede borrar mágicamente lo experimentado. Es así que la amargura de toda la historia se resume en último plano perfecto. Las grandes ideas todavía están en el terror, que sigue más vivo que nunca.

«Haz que regrese» estuvo escrita y dirigida por Danny y Michael Philippou y contó con las actuaciones de Billy Barratt, Sara Wong, Sally Hawkins, Jonah Wren Phillips y Mischa Heywood.