Nada que hacer ante el mejor seleccionado de handball de la historia. Francia se quedó con el Mundial en Qatar y, con este título, logró nada más y nada menos que la triple corona (también es el campeón de los últimos Juegos Olímpicos y del continente europeo) y se posiciona como el mayor campeón, con 5 títulos (Suecia y Rumanía tienen 4).
Justamente a la selección de Argentina, que venía con ilusiones de llegar más lejos que nunca (e hizo méritos para alimentar las esperanzas), le tocó cruzarse en octavos de final con los galos y con la derrota sufrida se despidió rápidamente de la competencia.
Francia tuvo un paso arrollador en el certamen y no se vislumbrada en el horizonte un equipo que pudiera detener su camino hacia la gloria, ni siquiera España en una semifinal que, por unos momentos, pudo jugarle de igual a igual. Algo que Qatar (el otro combinado que llegó a la instancia decisiva) tampoco pudo lograr. Además, el increíble portero de la selección francesa, Thierry Omeyer, detuvo todo ataque y se convirtió en una pieza fundamental para el equipo, por eso fue elegido el MVP (jugador más valioso).
Ante más de 15.000 personas y con una organización impecable, el resultado que coronó al seleccionado europeo ante el local fue de un ajustado 25-22 (el goleador del campeón fue Nikola Karabatic con 5 tantos). El podio mundialista lo completó Polonia, que venció 29-28 a España.
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