A un lado de las vías del tren, en el barrio de Villa del Parque en la calle Campana al 3.200, se impone una vieja mansión nombrada «el Palacio de los Bichos».
Este contiene una terrorífica historia, donde el escenario parece extraído de un cuento de horror. Esta vieja mansión fue reconstruida en el Siglo XX por don Rafael Giordiano, un inmigrante italiano que soñaba con tener una residencia majestuosa para su familia.
Giordiano tenía una hija, la cual estaba a punto de comprometerse con su novio. El italiano, con alegría, decidió como regalo de bodas obsequiarle la mansión de Villa del Parque a su hija, para que, junto con su marido, construyan su propia familia y cumplan el deseo de Rafael de ser abuelo.
La fiesta de casamiento fue dentro del castillo, y juntos decoraron con flores, velas y música. Cuentan los vecinos que, cuando la novia y el novio, luego de terminar la ceremonia, salieron del castillo en un carruaje tirado por caballos, los animales se descontrolaron al escuchar el silbato del tren cercano.
El carruaje perdió el control y fue atropellado por el tren que pasaba junto a la propiedad, dejando que los recién casados murieran en el acto.
Giordiano. desgarrado por el dolor, dejó de recibir visitas, se encerró y comenzó a llenar su casa de figuras de animales y bichos, hechas de piedra o metal. Decía que los insectos representaban el alma de los muertos. Fue tanto el disgusto y la turbación que les causó a los residentes cercanos que abandonó el país, dejando sus lamentables recuerdos en Argentina.
Con el paso de los años, el castillo quedó abandonado. Los vecinos aseguraban escuchar ruidos de trenes que ya no pasaban, risas, tintineo de copas y luces en las torres por la noche.
Aunque es una historia que ronda por el barrio, hay varias versiones que conforman el relato. No hay pruebas vivientes de estos sucesos, y el lugar fue restaurado, eliminando cualquier rastro de locura por parte de Giordiano. Sin embargo, hay quienes todavía creen que, cuando pasa el tren por Villa del Parque, las almas que aún rondan el lugar se asoman por la ventana a observar el lugar que les quitó la vida.