Una de las figuras conocidas del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata es Quentin Dupieux, un proveedor de películas en forma industrial, en términos cuantitativos, pero que no lo es en cuanto a la visión de sus «frankensteins» audiovisuales.
“Yannick” es una versión acústica de su cine, una comedia corrosiva sobre los puntos de vista de la concepción del arte, emplazados en diferentes piezas que componen la elaboración, en este caso, de una producción teatral.
Mientras se desarrolla una función de una comedia teatral, un espectador interrumpe la obra y expresa una serie de frustraciones en voz alta dirigida a los actores, con un descontento por lo que está viendo, envuelto por sus circunstancias particulares. Una vez fuera de la sala, tras ser expulsado, divisa unos aplausos provenientes del escenario. Descubre que los actores de la obra están burlándose de él, antes de retomar la función. El hombre saca un arma y toma al público y los artistas de rehén. No, no es un thriller, recordá que es una película de Quentin Dupieux.
Desde este punto, el director busca revalidar su mirada cínica balanceada con un humor absurdo sobre el mundo. La reflexión de un arte distante de la recepción o en esa mínima separación entre un espectador común y un actor frustrado por hacer una comedia de “puertas que se abren y se cierran”, Yannick (la película y el personaje) crecen en un discurrir acotado temporalmente, aunque potente en el pasaje entre instancias para alcanzar un summum de orgullo ante una obra consumada.
Clásica, lineal y mucho más directa, esta nueva película de Dupieux se distiende en lo orgánico de un grupo de personajes, una pequeña historia y, como si fuera poco, unas reflexiones muy críticas -especialmente- al mundo de los actores, y su mirada sesgada acerca de su propio trabajo.
“Yannick” de Quentin Dupieux cuenta con las actuaciones de Raphaël Quenard, Pio Marmaï, Blanche Gardin y Sébastien Chassagne está en la sección Hora Cero dentro del marco del 38° Festival Internacional de Mar del Plata.
