Entrevista a Benjamín Naishtat

El director de «Rojo», la recientemente premiada producción en el Festival de Cine de San Sebastián, charló en Clase V sobre qué lo impulsó a contar la historia de una de las películas argentinas del año, la decisión de ambientar la cinta en la década del 70′ en plena dictadura cívico militar en Argentina y qué lo movilizó a dar su conocido discurso al ser premiado como el mejor director, en el que aseguró que al cine nacional hoy lo «manejan unos improvisados».
¿De qué se trata «Rojo» y cómo nace en vos la idea de hacer la película?
«La película es un policial negro ambientado a mediados de los años 70′ en una ciudad del interior del país donde se comete un crimen luego de una discusión acalorada en un restaurante. A lo largo del film hay una familia muy normal con mucho prestigio en su comunidad que debe ocultar lo que pasó. Ese es el punto de partida y que también intenta, por otro lado, elaborar un poco cómo se vivía en la Argentina en el periodo anterior a la ultima dictadura.»
¿Por qué articulaste la idea de hablar de esta coyuntura histórica con un policial?
«A mí me gusta mucho el género policial, me gustan los géneros. Me parece que los géneros tienen vocación popular, a la gente le encantan, los conocen y me parecía interesante partir de un género para hablar de esta época, sobre la que hubo bastantes películas pero no tantas de género policial y que rindan un poco homenaje al cine de la época, que es algo que intentamos hacer con ‘Rojo’, porque hay una idea de trabajar con el lenguaje del cine y la televisión de los años 70′.»
Es interesante el momento en el que te paraste para contar tu historia.
«Sí, es interesante el momento, uno bisagra, de caldo de cultivo. La idea es que todo lo que vino después no vino de un repollo. Igual que lo que pasa ahora en Argentina, todo viene de algo y uno puede usar la cabeza, la historia para poner en relación distintos elementos, para comprender y elaborar algo sobre la sociedad en la que vivimos.»

Violencia y fascismo

Por debajo del policial se cuenta mucho de la violencia y el fascismo que está entre nosotros.
«Sí, hay una especie de punto de vista de la gente común, normal, o de quien se cree común o normal que es algo muy peligroso porque es gente que se cree al margen de la historia y de la política. Gente abúlica, esta es la gente que de pronto termina decidiendo el curso de los grandes movimientos históricos, como pasa por ejemplo ahora en Brasil donde la gran masa de gente muy frustrada con una gran decadencia económica va a votar a un nazi para que sea presidente con todo lo que eso significa.»

¿Cómo pensaste la estructura de la película?

«Es un proceso largo escribir un guión. Lo fui desarrollando un poco a partir de la idea de darle punto de vista a esta gente que se cree común, que no es mala en el sentido de los villanos de las películas, es gente más bien ambigua que duda mucho como dudamos todos, que tiene miserias como tenemos todos. Es como en ese sentido que fui tratando de alejarme de algo maniqueo, de algo de buenos y malos. Creo que la película es más compleja y tiene muchos grises.»
También hay momentos de casi parlamento de algunos personajes que son muy potentes.
«Los textos los trabajé un poco con los actores, pero también tenía mis propias versiones que había desarrollado y las fui corrigiendo a medida que se acercaba el rodaje y los fui trabajando en ensayos. Son procesos que tienen varias capas.»

Las películas de época conllevan gran trabajo de producción

«Hay un gran trabajo de producción: hay autos, decorado, vestuario. Brillan los rubros técnicos con un gran equipo artístico argentino y brasileño. Es, quizás, algo de lo que a la gente más le entusiasma, un viaje en el tiempo, ver cómo se vivía a mediados de los años 70′ en una ciudad de provincia. Hay un gran trabajo de reconstrucción histórica. Trabajaron historiadores, archivistas, es muy fino cómo se trabajó eso y es de las cosas que más se pueden trabajar.»
Me es inevitable traer el momento de tu discurso en el Festival de Cine de San Sebastián, tan contundente sobre la situación actual del cine nacional.
«Sí, fue bastante espontáneo la verdad. Yo no pensaba que eso se iba a viralizar ni nada. Me parecía que dada la situación y que yo pertenezco a la comunidad de la cultura, de la gente que cree que las artes y el cine son formas de mejorar la capacidad emocional e intelectual que tenemos de comprender el mundo. Y me parece que la cultura y las artes nunca se desarrollan demasiado si nadie les da el valor que tienen. Este gobierno en particular les da el valor que tiene la nada misma, entonces yo que tengo la oportunidad de comunicar y decir algo lo digo, independientemente de que esto me traiga consecuencias personales o no, me parece que es un deber.»

¿Cuál es el cine que consumís como espectador?

«Realmente de todo, miraba mucho cine de terror cuando era chico, de todo, comedias. Me encanta el cine, me parece una forma espectacular de pasar el tiempo.»