En Eterna Juventud, un programa creado por y para personas mayores, nos visitó Sergio Miyagi, encargado de Prensa y Relaciones Institucionales del Jardín Japonés.
Nos habló de los argentinos y humildemente nos contó de las diferencias de estas dos culturas, ellos saludan con distancia y los nuestros con un abrazo afectuoso y eso hace que, más allá del tango, Lionel Messi y Diego Maradona muy admirados por su pueblo, nuestra calidez los conmueve.
Nos describió cómo es su papá, 9* dan de karate, cuando él dejó Japón, tenía pelo negro y gesto adusto, ahora vino a visitar a su hijo, estará por un mes y medio, dará talleres a sus alumnos y disfrutará yendo a Mendoza para dar un seminario de karate, y a comer un asado con sus alumnos. Miyagi lo menciona como «el Maradona del Karate».
Sergio nos ofreció unos pasteles rellenos con pasta de aduki y también con dulce de leche, nos contó que es una persona mayor en Japón y allí, más allá de la seguridad que tienen, valoran la resiliencia de los ancianos para reconstruir un país totalmente desbastado, el Estado está eternamente agradecido a ellos. Nos contó que los educadores, los médicos y la policía tienen los mejores sueldos, el Estado protege a los ciudadanos. Cuando se trata del Jardín Japonés, cuenta con orgullo de los 3 brotes de árboles de Kaki que trajeron de la planta madre desde Hiroshima, estos árboles sobrevivieron al estallido nuclear y son un símbolo del resurgimiento de su país. Habla del cuento de las mil gruyas de Sada Kawasaki que, al ver a su amiga muy mal, se compromete en hacer mil grullas como ofrenda para que se salve, pero murió antes de llegar a 700. Ahí, sus compañeros del colegio completaron las mil y dan como mensaje que completando 1.000 grullas todos podemos salvarnos y sanarnos.
Asimismo, agradeció a la Comuna 14 y especialmente a Alejandro Pérez su paso como director del Parque 3 de Febrero, por toda su colaboración a nivel logístico que tuvieron. Se emocionó cuando nos habló de los 126 años de amistad entre Japón y Argentina y, ante una pregunta, habló de la tranquilidad y paz que uno siente al entrar al predio, se podría decir que a pesar de los ruidos que pueden producir las avenidas Libertador, Figueroa Alcorta y Sarmiento, al entrar al predio nos adentramos a otro universo, donde los ruidos desaparecen, la paz nos invade, no solo a los grandes, también «las madres nos comentan cómo los niños más revoltosos ingresan a este microclima y mágicamente se calman, la belleza de los peces y las flores hacen el milagro».
Finalmente, sobre el plantel con que cuentan, en la que hay gente mayor, nos habló de su estrella, el jardinero que además es actor, trabajó en «Todo por dos pesos», es masajista de famosos y monje budista zen, además de instruir a los chicos sobre el mantenimiento del predio. Son 100 personas que trabajan en el Jardín Japonés que están desde las 7 de la mañana para cuando se abre a las 10, para que esté todo impecable. Su cultura tiene como principios la polaridad y respeto al prójimo.
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