Castañas de Cajú, ritmo desde La Plata

Dialogamos con Castañas de Cajú, la banda formada en la ciudad de La Plata en el año 2008 que combina ritmos que van desde el folklore hasta el jazz, pasando por diversas variantes de la música popular. Conocé a la agrupación antes de la presentación en Buenos Aires del disco «Pequeñas Resistencias», que vienen de tocar en vivo en su localidad y vuelven a Baires para difundir su nuevo material.
Castañas de Cajú está formada por Juan Pedro Dolce (guitarra criolla y eléctrica y voz), Facundo Codino (bajo eléctrico, contrabajo y voz), Ramiro Florentín (bandoneón, clarinete, guitarra criolla, armónica y voz), Andrés Castellani (percusión y demás accesorios) y Joaquín Zaidman (batería).
Sobre sus inicios, su líder, Juan Pedro, recuerda que «era muy niño y me llamaban mucho la atención las guitarras. Frecuentemente, cuando visitaba a mi primos en Pehuajó, allá me acercaba al rincón musical de uno de mis tíos, Raúl, con sus guitarras, su piano eléctrico y sus cassettes. Disfrutaba mucho ese momento. También en Saladillo, mi pueblo, tenía contacto con una guitarra ajena cada tanto, también cuando andábamos de visita, en este caso era la guitarra de Claudia, una amiga de mi madre que, unos años después, a mis 6, sería mi primera profesora de guitarra. En casa, en ese entonces, se escuchaban algunas bandas e intérpretes que fueron muy importantes para mí y siempre recuerdo con alegría como motores creativos: Cat Stevens, Frank Sinatra y Queen».
En Castañas de Cajú componen Juan Pedro, Facundo y Ramiro. Por ello, el cantante rememora: «Hago música desde chico, en la adolescencia tuve algunos grupos de rock. Pero en ese entonces no pensaba en dedicarme de lleno a la música, incluso tenía otros objetivos que después descubrí que no eran del todo propios. Pensé en ser médico, en ser programador, algo de esos dos oficios hoy están presentes en mí. Y busqué en otras carreras también hasta que un día, cursando el curso de ingreso para ser Licenciado en Biotecnología y Biología molecular, descubrí que mis compañeros tenían el mismo afecto por la tabla períodica que yo tenía por la guitarra. Ahí giré el volante definitivamente y en esa ruta hermosa, sinuosa, vertiginosa y, probablemente sin final, ando», agrega.

¿Qué buscan hacer sentir a quienes los escuchan?

«En la música que hacemos buscamos primero que nos conmueva a nosotros, que nos satisfaga estéticamente. Después la manera en que repercute en la gente es algo que por suerte no podemos controlar. Han pasado y siguen pasando cosas hermosas en la gente con nuestra música, pero no es el resultado de un plan previo. Buscamos tener nuestro sonido, disfrutar mucho el proceso creativo e interpretativo. Nos divertimos muchísimo tocando en vivo, eso sabemos que se trasmite. El show transita muchos momentos musicales muy distintos, que permiten conectarse con distintas emociones. Hay momentos para saltar con euforia y otros para abrazar al de al lado o abrazarse a si mismo.»

¿Cuál canción crees que representa mejor a la banda?

«Es difícil elegir una que represente mejor a la banda, algo que considero valioso en Castañas es su capacidad para andar por diferentes terrenos musicales sin tanto prejuicio, es por esto que una canción nunca alcanza para definir completamente al grupo. Se pueden escuchar sonoridades rockeras, algunas cosas del pop, ritmos y tímbricas rioplatenses como murga, candombe, tango y milonga, hasta colores folclóricos. En lo lírico hemos pasado por muchos lugares. En el primer disco, por ejemplo, hay una canción que fue escrita cuando tenía 11 años. Abarca un período muy grande de vida ese disco en cuanto a lo compositivo. Entonces es muy variado el contenido y la forma de escritura, por lo que me cuesta analizarlo, pero podría decir a modo de ejemplo que hay una canción dedicada al ritual hermoso de tomarse un mate, otra inspirada en una experiencia que tuve como tallerista en el hospital psiquiátrico Melchor Romero. Después hay canciones mas introspectivas y algunas, para ser honesto, ni recuerdo bien qué quise decir. Hay una («Eventuales panes») inspirada en un libro de Jiddu Krishnamurti, hay otra que nace de «Ruinas circulares», un cuento de Jorge Luis Borges. En este disco, «Pequeñas Resistencias», también escribieron Ramiro y Facundo, lo que agrega obviamente más variedad en la forma de escribir. Hay un fuerte componente social en este disco, hay una sutil pero potente línea de resistencia que atraviesa a todas las canciones: el amor, el desamor, la vida y la muerte», expresa Juan Pedro.
Al consultarle sobre los próximos proyectos, no dudan en querer «llevar la música al interior del país». Además, cuentan con una agenda ya establecida y, por eso, «se vienen muchos viajes y muchos toques. Y desde hace un tiempito que estamos haciendo canciones nuevas también, que seguramente irán dándole forma a lo que será el próximo disco».

¿Cuál es el mayor sueño de Castañas de Cajú?

«Soñamos con poder seguir haciendo esto toda la vida. Hacer música con amigos. Elegir el trabajo es una situación de privilegio. Hay que desmitificar también un poco el trabajo del músico, como si todo fuera color de rosas. Hay mucho esfuerzo, mucha dedicación, muchísimo tiempo invertido, es la única forma. Pese a eso, amamos esto y quisiéramos poder hacerlo siempre como cualquier oficio hecho con amor: el carpintero que ama lo hace o el bicicletero, etcétera. Para eso tenemos que seguir trabajando, para que el proyecto siga creciendo, para generar más espacios de laburo. Vivir de la música no es fácil, pero es posible. El camino es largo y laborioso. Hay que disfrutarlo porque, en definitiva, todo lo que hay es el camino. Luego veremos hacia dónde nos lleva. Estamos en un momento muy lindo, de mucha unión grupal, de mucha convicción, con muchas ganas de hacer esto que hacemos. Los objetivos son a corto plazo, ahora terminamos el disco, ya estamos preparando las presentación en Capital Federal y después a llevar las canciones de este disco a la mayor cantidad de gente que podamos. Ya estamos componiendo música nueva, que seguramente formen el siguiente disco, y así seguiremos trabajando con la música», afirma con convicción Juan Pedro Dolce, líder y cantante de Castañas de Cajú.
Si estás en Buenos Aires el viernes 10 de octubre, acercate al Centro Cultural Matienzo a las 21:30 horas y disfrutá de esta banda oriunda de La Plata que presenta su nuevo disco «Pequeñas Resistencias».