F1: lo que el viento trae, la lluvia se lo lleva

El pasado domingo 6 transcurrió el Gran Premio de Silverstone, en el que ocurrieron tantas cosas que es imposible quedarse con un titular: Lando Norris ganó su carrera de local, los rookies padecieron una pista en condiciones cambiantes y Nico Hulkenberg consiguió su primer podio luego de 239 largadas en F1.

Luego de una clasificación emocionante que tuvo a Max Verstappen como poleman, incluso cuando parecía que el Red Bull iba de menos a menos, el clima previo a la carrera era de total incertidumbre (literal tanto como simbólicamente). La profecía de que en algún momento llovería contrastaba con el hecho de que la pista estaba mojada, pero secándose. De este modo, los equipos debatían internamente si calzar en los autos neumáticos de lluvia o de seco. Muchos optaron por la segunda opción y, como consecuencia, tuvieron que arrancar desde los boxes.

Entre los autos que eligieron la goma de seco estaba el de Franco Colapinto, que se averió al entrar a boxes, dejando al piloto fuera de la carrera antes de que esta comenzara. La amargura y frustración del argentino se dejaron entrever en sus comunicaciones por radio con el equipo, en las que se lo notaba vencido ante la situación.

La largada demostró rápidamente que la decisión correcta había sido mantenerse en pista. Verstappen fue el primero en doblar, mientras que, en simultáneo, Lewis Hamilton, Oscar Piastri y Norris batallaban entre sí. Pierre Gasly ganó tres posiciones en la primera vuelta y se ubicó 5°, manejando para lo que es, casi con seguridad, la peor escudería de la parrilla.

El primer rookie en caer (o el segundo, si contamos a Colapinto) fue Liam Lawson, que en tan solo la cuarta curva fue víctima del embrollo de la primera vuelta, chocó con Esteban Ocon y quedó fuera de carrera. Gabriel Bortoletto fue el siguiente en caer: en la cuarta vuelta perdió el control del auto y se salió de pista. De este modo, y en apenas cuatro vueltas, ya se notaba que iba a ser una carrera larga para todos los primerizos de la categoría. El incidente provocó que salga el VSC, añadiendo otro elemento a la incertidumbre estratégica de la carrera, la clave para triunfar era encontrar el momento perfecto para cambiar el tipo de neumático y, al mismo tiempo, que no ocurran incidentes que perjudiquen la estrategia.

Llegada la octava vuelta, y luego de varios intentos, Piastri logró superar a Verstappen, que venía peleando con su auto, para colocarse en la primera posición. Tan solo tres vueltas después, con una lluvia más intensa, Norris conseguía también adelantar al neerlandés que, en su afán por mantener la posición, cometió un error y se salió de pista. Sin embargo, el inglés perdió esa posición en la siguiente vuelta, producto de una mala parada en boxes.

Al comenzar la vuelta 14, la carrera fue intervenida por el safety car: la lluvia había aumentado considerablemente y era necesario verificar si las condiciones eran aptas para continuar. No obstante, reagrupar a todos los autos tuvo un efecto negativo: el spray empeoró la visibilidad de forma rotunda y, en el reinicio de la carrera, Isaak Hadjar se llevó por delante a Kimi Antonelli, lo que dejó a ambos rookies fuera de competencia.

El auto de seguridad volvió a salir tras el incidente entre ambos debutantes y en la siguiente largada se produjeron dos errores grotescos que alteraron el curso de la carrera. Piastri, que lideraba hasta ese momento, frenó de forma repentina, haciendo que Verstappen casi lo impacte desde atrás. Como consecuencia, el australiano fue penalizado con 10 segundos de sanción, que terminaron costándole la victoria. Las cosas no podrían haber salido mejor para Norris, pues luego del error de Piastri, y justo cuando los autos comenzaban a tomar velocidad, Max Verstappen perdió el control de su monoplaza y cayó hasta la 9° posición. De este modo, el inglés pasó a liderar la carrera (al menos en los papeles) sin haber tenido que «hacer nada».

Debemos dedicar un párrafo aparte a la epopeya del alemán Nico Hulkenberg que, luego de 15 años compitiendo, habiendo largado desde el fondo de la parrilla y manejando un auto de mitad de tabla, logró subirse al podio de la máxima categoría y llevarse un trofeo. Finalmente, la suerte estuvo de su lado: el equipo acertó con la estrategia y, llegada la vuelta 35, logró superar a Lance Stroll para quedarse con el tercer puesto. Tuvo que soportar la presión constante de Hamilton durante el resto de la carrera para, finalmente, consagrarse y celebrar un resultado tan merecido como esperado. Si lo que llega fácil dura poco, esperemos que la alegría le sea eterna al alemán.

Para cerrar el «bingo de errores» de rookies, Oliver Bearman chocó con su compañero Ocon en una de las últimas vueltas, relegando a ambos a las posiciones más bajas y dejándolos al borde del abandono.

La carrera terminó de manera estable: Norris mantuvo el primer puesto, Piastri se llevó un amargo segundo lugar y Hulkenberg celebró merecidamente en el tercer escalón del podio. Verstappen, por su parte, logró recuperarse hasta la quinta posición.

Lando está en su mejor momento y se encuentra a solo 8 puntos de su compañero. Está claro que busca liderar el campeonato tras el GP de Bélgica, el próximo 27 de julio. La lluvia demostró que todos se equivocan, y que Max Verstappen es humano, al igual que cada uno de los rookies. La «máxima» sigue regalando carreras emocionantes y no esperamos menos de la próxima fecha.

Artículo elaborado especialmente para puntocero por Ignazio Sisca.