La CGT vuelve a ser una sola

Tras ocho años de separaciones y peleas internas, la agrupación sindical más importante de Argentina se unificó bajo la conducción de un triunvirato.
En el marco del Congreso Nacional Extraordinario celebrado en Obras Sanitarias, la secretaría general de la CGT quedó al mando de Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña. De esta forma, los tres sectores en los que estaba dividida la CGT (el liderado por Hugo Moyano, el sector de Luis Barrionuevo y el de Antonio Caló), quedó con un poco del poder de mando.
Los tres secretarios generales son del gremio de Sanidad (Daer), de la Federación Marítima Portuaria (Schmid) y de estaciones de servicio (Acuña). Otro punto a destacar es la pertenencia partidaria y legislativa de Daer y Acuña como diputados del massista Frente Renovador.

¿Por qué se dio la unidad en este momento?

La respuesta está en las palabras de Moyano, quien señaló que «entendimos que era necesario encarar en conjunto con toda la fortaleza del movimiento obrero para que quienes nos gobiernan entiendan que los trabajadores no nos rendimos ni nos van a doblegar. Al movimiento obrero no lo doblega nadie por más que quieran asustarnos».
Con la presencia de casi 1.600 congresales representando a 124 gremios, las deliberaciones gremiales duraron 8 horas y, luego del Congreso Extraordinario y el Congreso Ordinario, se votó a quienes integrarán el cuerpo colegiado unificado para conducir los destinos de la central obrera.
El triunvirato tendrá mandato por un lapso de cuatro años, un periodo completo para evitar que haya internas dentro de un año. Además de la conducción de la CGT se eligieron a quienes ocuparían las 34 secretarías y diez vocalías que conforman el Consejo Directivo de la CGT. Armando Cavalieri ocupará la Secretaría de Relaciones Institucionales; Roberto Fernández la de Vivienda y Turismo y Amadeo Genta el cargo de secretario de Políticas Económicas y Sociales. Andrés Rodríguez, de los estatales de UPCN, quedó como secretario adjunto mientras que la Secretaría Gremial quedó para Pablo Moyano. El dirigente de la UOCRA, Gerardo Martínez, continúa ocupando la Secretaría de Relaciones Exteriores y Facundo Moyano se quedó al frente de la de Cultura. Los 34 cargos se repartieron equitativamente entre las tres facciones.

La oposicion bancaria y rural

La única oposición estuvo a cargo del Momo Venegas, de UATRE, y del bancario Sergio Palazzo. En el caso de Venegas, aliado político del presidente Mauricio Macri, intentó con los gremios que le responden impugnar la convocatoria con un pedido de nulidad en la cartera laboral a cargo de Jorge Triacca. Además, realizaron una sesión en la sede de las 62 Organizaciones en el momento en que se realizaba el congreso cegetista. Otros que estuvieron ausentes fueron quienes integran el Movimiento de Acción Sindical Argentina (M.A.S.A.) encabezados por Omar Viviani del gremio de taxis. En lo que hace al bancario Palazzo (Corriente Federal), estuvo presente en el congreso y manifestó su descontento con los cargos ofrecidos a su sector: la Secretaría de Finanzas, una vocalía y un revisor titular de cuentas.
Palazzo señaló que «lamentablemente no hemos llegado a un acuerdo y, ante el ofrecimiento que hemos tenido algunos compañeros, quiero anunciarles que pueden disponer de esos cargos porque no los vamos a aceptar, pero nos vamos a quedar en la CGT porque a nosotros no nos mueven los cargos».
Además, remarcó que «tenemos disidencias en cuanto al armado y en cuanto a la estructura, pero lo que no vamos a hacer es ninguna impugnación para que el macrismo se regodee cuando se pretende impugnar el Congreso de los trabajadores». Al respecto, expresó que «mientras los dirigentes discutimos, el gobierno generó más desempleo, generó una inflación de más del 40% y más concentración de la economía», por lo que manifestó que «queremos un paro nacional antes de septiembre».
Tras su discurso los gremios de su sector, bancarios, curtidores, Sadop, Pilotos y Personal Jerárquico de Energía se retiraron del congreso.
Por su parte Moyano, al referirse a los sindicatos ausentes, indicó que «los compañeros que no estaban de acuerdo hubiesen presentado una lista con un solo candidato y votábamos. Tendrían que haber estado acá. Lamentablemente ponen por delante intereses personales por encima de los del conjunto. Hemos hecho un gran esfuerzo para borrar las diferencias».
Uno de los flamantes integrantes del triunvirato, Juan Carlos Schmid, sostuvo que «estamos frente a un viraje hacia la derecha, y sabemos por dónde viene la derecha. Viene en búsqueda de nuestras conquistas y tenemos que prepararnos para que las viejas recetas económicas no se conviertan en una fogata social».
En una fuerte crítica contra el Gobierno Nacional, el sindicalista remarcó el malestar de los gremios con las políticas de ajuste, despidos y tarifazos. Daer coincidó con Schmid y cuestionó «la necedad de la política económica que claramente llevó a cabo este gobierno en detrimento de los sectores más vulnerables», y reiteró que «los números tienen que cerrar con la gente adentro», al señalar que «el mejor modelo económico es el que nos contiene a todos».

Una CGT «massista»

El lider rural Gerónimo Venegas sostuvo que la nueva CGT «es una central massista que va a ser utilizada políticamente» y dijo no entender la jugada de Hugo Moyano de impulsar una conducción colegiada al frente de la central.
Venegas argumentó que «si hablamos de unidad, no puede haber tres secretarios generales porque cada uno de ellos estaría representando a un sector y eso no es unidad», y explicó que «el estatuto de la CGT dice que tiene que haber un secretario general y consejo directivo y hay que darle cumplimiento a ese estatuto». Precisamente, uno de los puntos que se votó antes de elegir al triunvirato fue una cláusula que posibilitó la inclusión a los artículos 6 y 56 del estatuto de un agregado donde destaca que la conducción «será ejercida en forma conjunta por un cuerpo colegiado de tres miembros».
Por otra parte, Venegas sostuvo que «la CGT es pluralista, no tiene que hacer política la CGT, puede haber un dirigentes radical, un peronista, una socialista y todos nos tenemos que respetar entre todos y esta es una CGT massista, seguramente va a ser utilizada políticamente y esto es lo que no queremos nosotros». En ese sentido, después de la elección de la nueva conducción se especuló con que podría producirse un efecto cascada en el Partido Justicialista para que la estructura gremial le de cuerpo al Justicialismo.
Finalmente, Venegas djio que «la CGT debe responder a los trabajadores», y sostuvo que «cuando partidizamos a la CGT es cuando la dividimos». A su parecer una conducción colegiada «es un paso atrás», y subrayó que «no se entiende la jugada de Moyano, por qué se fue con un triunvirato a una CGT massista».