Durante los últimos días, el gobierno de los Estados Unidos ha venido advirtiendo sobre una intervención militar en Siria y, pese al poco apoyo que ha tenido el mandatario norteamericano Barack Obama, este ha insistido en realizar algún tipo de castigo militar o, como en estos años lo han llamado, «plan de seguridad nacional».
En las últimas semanas, a partir del ataque sobre población siria utilizando armas químicas o algún tipo de gas tóxico, los Estados Unidos decidieron emprender una acción militar sobre el territorio sirio y dar una lección al mandato de Bashar Al-Assad. Si bien el ataque sobre esta población, que causó la muerte de mas de 1.400 personas (entre ellas alrededor de 426 chicos) fue la excusa que las grandes potencias tomaron para iniciar esta partida, todos estos movimientos militares no solo traen preocupación a la zona, sino que también hacen retornar recuerdos de las intervenciones en Irak, Afganistán y Libia, donde lo único que produjeron es solo muertes y consecuencias negativas para las poblaciones.
Las cifras oficiales hablan de mas de 100.000 muertes en Siria bajo las armas del ejército del dictador Bashar Al-Assad, un presidente que, según la población, ataca a su mismo pueblo. Esto provocó, según números de las Naciones Unidas, unas 700.000 personas refugiadas en el país vecino, el Líbano. Esta nación, otro de los focos en las últimas semanas, fue motivo de varios atentados en el norte, en la ciudad de Tripoli (que dejó más de 40 muertes y decenas de heridos). También en el último mes se produjo un atentado en el sur de Beirut con un coche bomba que arrojó un saldo de más de 30 muertos y, además, el secuestro de dos pilotos de la aerolínea Turkish, que hasta el día de hoy no han aparecido.
Durante la famosa «Primavera árabe» que comenzara hace dos años, aproximadamente, la inestabilidad en la zona del Medio Oriente se ha vuelto algo cotidiano, salvo una excepción: el Líbano. Este país es el único de la región que se mantuvo distante de las revueltas y que aún continúa con su gobierno democrático. Si bien en los últimos meses se ha convertido en un escenario de una serie de atentados, cabe resaltar que estos mismos fueron por temas de enfrentamientos entre las distintas posiciones con respecto a la situación en Siria. Pero la vida en el país fenicio sigue con su ritmo normal y trata de mantenerse alejado de esa situación bélica.
La actualidad libanesa
Hoy el Líbano, que ha sido históricamente un país hermano de Siria, no apoya para nada una intervención militar, ha abierto las puertas a todos los refugiados, no solo de Siria, sino también de Palestina, Egipto y de los países de la región en estados de conflictos. Este territorio, el libanés, fue víctima de peleas tribales que provienen del exterior y que generaron este tipo de terror en suelo fenicio y que, de a poco, quiere alejarse de estas situaciones por todo lo vivido en su historia durante las guerras civiles del Líbano y la guerra del 2006 con Israel. Acá en el Líbano la gente sigue con su vida normal: quieren crecer, avanzar y no involucrarse con ningún conflicto bélico. La gente en las calles sigue su vida, los vecinos abren los negocios bien temprano, los autos de lujo se pasean por la capital Beirut, todo está tranquilo. Pero al otro lado de las montañas, y esto no es tan lejano, nos esperan los límites con Siria. Desde el valle de la Bekaa ya se puede observar a lo lejos el territorio sirio. Por las noches, y desde las pequeñas poblaciones libanesas cercanas, pude sentir el temblor de las bombas que caen sobre algunas ciudades sirias, el resplandor de las mismas hacían callar a las familias durante su cena pero al rato prosiguen con su vida.
Lamentablemente, nadie quiere acercarse por miedo a lo que esté pasando por aquellos lados, más aún ahora que una intervención militar parece inminente. La gente huye como puede desde Siria, por las carreteras se pueden apreciar algunas personas a pie y otro tanto de chicos se pueden ver por las calles de Beirut pidiendo algunas limosnas. Muchos empleados de restaurantes de las ciudades libanesas cercanas tomaron como trabajadores a muchos jóvenes que han venido del país vecino, se los puede ver en muchos negocios y en campos de refugiados en el norte. El gobierno del Líbano ya preparó algunos centros asistenciales al norte del país ante la inminente oleada de refugiados que se podría dar durante las siguientes semanas si el gobierno de Barack Obama decide algún tipo de intervención militar .
Es difícil saber qué va a pasar si un ataque de los Estados Unidos se llegase a dar, ya que no cuenta con el apoyo de algunas grandes naciones como el Reino Unido o Italia ante la negativa de los grandes aliados de Siria como lo son Rusia y China, pero que sí cuenta con aliados como Francia, Israel, Alemania.
Es difícil saber qué podría pasar en el medio oriente si se desencadenara una oleada de ataques sobre el gobierno sirio en algunos puntos de Damasco. ¿Irán qué tipo de posición tomaría ante una intervención de este tipo? ¿Intervendría en contra de los Estados Unidos o aprovecharía esta situación para atacar a Israel? Si esto pasa, ¿Israel aprovecharía para ayudar a los Estados Unidos o usaría esta situación para atacar a su inminente vecino Líbano con la excusa de terminar con Hezbollah?
Son muchas las preguntas que uno se hace y que no se saben, al día de hoy, qué puede pasar. Lo que sí se sabe, y las Naciones Unidas permanecen atónitas, son las más de 1.400 muertes producidas al parecer con armas químicas y las más de 100.000 víctimas que ya lleva la guerra en Siria. ¿Hasta cuándo el mundo seguirá sin realizar algo por las víctimas civiles en dicho lugar? ¿Hasta cuándo Medio Oriente seguirá siendo el lugar de mayor inestabilidad de la historia? ¿Estados Unidos encabezará otra guerra sin sentido en un país árabe? ¿Realmente tienen las pruebas de que el gobierno de Bashar Al-Assad utilizó armas químicas contra su población? Ahora la pelota la tiene el congreso americano y tendrán en sus manos la decisión de comenzar una nueva guerra que tal vez no tenga horizontes o desde las Naciones Unidas se pondrán el traje de corte y saldrán a realizar algún tipo de veredicto real y con consistencia para terminar con estas matanzas.
Las próximos días son vitales para el futuro de Medio Oriente, hay por ahora una paz intermedia hasta que el congreso de Barack Obama defina cuáles son los pasos a seguir: si no declarar una guerra contra Siria y seguir por los canales de diálogo o si, finalmente, aprueban la intervención y definen una estrategia para castigar no solo al mandatario Al-Assad sino también a la ya castigada y sufrida población siria.
La paz está en su punto límite, la vida de millones de personas y la estabilidad (no solo de la región si no del mundo) está en vilo y está en juego en las próximas semanas. Son días vitales para la paz en Medio Oriente y acá nace un signo de pregunta: ¿qué podría pasar si se llegase a desatar una guerra? El mundo espera por la mejor solución, y esa debe llegar por el método de la paz.
Artículo especialmente elaborado para .cero por Patricio Olivera Abdala, prosecretario de la Juventud de la Unión Cultural Argentina Líbano.
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