«Paternal» es un documental de Eduardo Yedlin sobre Adolfo Roitman: el curador de los rollos del Mar Muerto. Se estrena el 5 de septiembre y, como siempre que se habla de cine argentino, aún no se sabe la cantidad de salas que le van a corresponder, aunque seguramente va a encontrar refugio en el cine Gaumont.
Dos pastores beduinos, moradores del desierto, en el año 1947 encontraron en una cueva escritos atesorados en ánforas. El mito le añade la cualidad mágica de que una cabra se escapó y, al seguirla, descubrieron los manuscritos. Lo cierto es que no hubo cabra pero sí estos textos de más de dos mil años, los registros bíblicos más antiguos encontrados hasta el momento. Y para hablar de su curador, registra el trazo de un paralelismo entre la labor sobre los cueros de la ascendencia de Roitman y su actual trabajo con estas pieles milenarias. Como si hubiera un destino que se recicla y resignifica.
Adolfo Roitman, el protagonista argentino, es del barrio de Paternal, es antropólogo con estudios de rabinato y una historia de migración hacia Israel donde profundizó sus estudios interreligiosos. Desde 1994 es el curador de los rollos y su trabajo es difundir e interpretar el contenido. Lo divino y lo terrenal tocan sus puntas en Adolfo, él, portador de lo sagrado es también capaz de afirmar que Lionel Messi es Dios en la Tierra, o conectarse con un Museo de Maradona («La casa de D10S») como si fuese la mismísima Tierra Santa donde van las personas y transitan los lugares que transitó su Dios.
Parece que ser curador de los manuscritos en el mundo religioso es como una especie de superpoder que Roitman aprovecha para luchar por la paz entre las personas. Se atreven (la película y el protagonista) a hablar sobre los conflictos en el territorio, de Palestina y la violencia entre pueblos, «hablamos de las piedras y no de las personas» dice Roitman, quien no quita el valor que todo aquello le representa, pero relativiza un poco los símbolos para pasar a hablar de una paz verdadera y tangible.
