«Starve Acre»: tierra de los padres

La oferta del cine de terror es amplía, siempre. No importan los periodos, los momentos o fenómenos por los que atraviese el cine, allí siempre habrá un grupo de películas destinadas a saciar la sed de sustos. Por supuesto, hay momentos más fructíferos y otros un poco más pedregosos, sin embargo, el género ahí está de pie.

Durante este año, las producciones varían en cantidad y calidad, sin importar el destino: cartelera de cine o servicio de plataformas hogareñas. Hoy no existe la distinción que se presentaba durante la época del VHS: si una película iba directamente a una cajita ya se dudaba de su calidad y si había pasado primero por el cine traía consigo una pequeña aura de confianza. “Starve Acre” es una primera película, británica y sin rostros muy populares, si a esta enumeración le sumamos la etiqueta “folk horror”, el público masivo se empieza a disolver. Detrás de ello, lo que queda es una audiencia fiel, conocedora de las cuatro variables y espera lo mejor.

El comienzo es como el de muchas películas en las que el espesor del terror se cocina lentamente. Tenemos a una pareja durante principios de los 70, recién asentada en una zona rural, en un intento por reconectarse y aprovechar -al mismo tiempo- la tranquilidad. El hijo de esta pareja comete un acto de violencia en una plaza que no resulta fatal, pero que despierta una alerta enorme en su madre, Juliette (Morfydd Clark, la protagonista de “Saint Maud”), mientras que el padre (el enigmático Matt Smith) le quita importancia al hecho. A pesar de ello, ambos acceden a una terapia con un especialista en comportamientos infantiles. Lo que ocurre después es el comienzo de un descenso a los infiernos.

El director Daniel Kokotajlo hace su segunda película, después del drama “Apostasy”, el cual tenía tintes autobiográficos de su pasado como creyente de la religión Testigos de Jehová. A pesar de retomar ciertas problemáticas sobre relaciones familiares, en esta oportunidad el componente de terror está dado por el niño y, también, por las raíces de la casa que habitan. Allí hay una historia con cruce de leyenda acerca de un mito siniestro mantenido a flote por los lugareños.

El encadenamiento de las situaciones terroríficas tiene un ritmo propio: sereno y firme en su avance, incluso, en momentos de acciones físicas, Kokotajlo mantiene la calma y uno de los ejemplos más claros está en la escena del martillazo, cuyo impacto mayor no está en lo gráfico sino en la actitud posterior de los personajes. Como muchas películas financiadas por la entidad estatal British Film Institute (BFI), se inscribe en esa lista del terror inglés bien alejada del efectismo, pero mucho más cerca de una narración sólida apuntalada por un interés histórico y un horror conceptual, es decir, aquel que queda rebotando en la cabeza del espectador. Tal como sucede al final de esta película lúgubre y encantadora.

“Starve Acre” fue dirigida por Daniel Kokotajlo y contó con las actuaciones de Matt Smith, Morfydd Clark, Erin Harris, Sean Gilder, Robert Emms y Arthur Shaw.