El universo de «Aterrados»

Demian Rugna estrena «Aterrados», una película de terror paranormal que será, sin dudas, una de las destacadas y referentes para el género en nuestro país.

Nuevo paradigma para el terror nacional

El cine de género nacional viene in crescendo y se pueden trazar grandes diferencias entre uno que en sus inicios se correspondía más con lo independiente y se dirigía a un público reducido de fanáticos de la clase B, contrapuesto a los pasos agigantados que está dando desde hace algunos años, donde cambiaron los productos por la misma inversión económica y la producción con el objetivo comercial más firme.

Además, lo que está cambiando es el reconocimiento de estas obras en la propia crítica y la taquilla. No casualmente se están produciendo sagas de terror y hasta estamos exportando a Cannes productos como «Abrakadabra» de los hermanos Onetti y la mismísima «Aterrados», que participarán de la programación de Blood Window Showcase.

«Aterrados» como pico de calidad

La película se presenta como una gran introducción a un nuevo mundo de terror paranormal. En la primera mitad seguimos tres casos que suceden en un barrio y con esto se abren situaciones muy originales, donde el terror no pasa por el sobresalto sonoro y demás lugares comunes sino que genera una sorpresa genuina.

Otro de los puntos que se destaca es lo fuerte de la escenas y el despliegue técnico al servicio de lograr un resultado creíble e impactante. En el terror es mucho más delicado cuando el artificio queda al descubierto porque se roba toda la magia, pero al film «Aterrados» no se le ven los hilos. Eso es un logro absoluto que se pone por encima incluso de franquicias millonarias extranjeras que venimos consumiendo como exponentes del terror pero que siguen repitiendo fórmulas como «para cumplir», pero no mucho más. «Aterrados» sorprende.

En general no tenemos un personaje principal claro y delineado desde el comienzo. Más bien se produce un juego de descarte que nos cierra hacia el personaje con el que más nos identificamos, el escéptico que al mismo tiempo tiene miedo. La película no es una cinta de personajes sino de universo. Salta entre puntos de vista para darnos más para ver. Se la pasa abriendo puertas e incógnitas de esta fábula que crea Rugna especialmente para nosotros y genera esas ganas de saber más, de cualquier forma y detrás de cualquier personaje, y principalmente conocer su universo.

Todas estas puertas abiertas no son casualidad, hay en planes una segunda entrega y la búsqueda de financiamiento tiene que llegar después de esta entrega que prevé éxito o, al menos, debería serlo.