Ante más de 150.000 personas, el Indio Solari se presentó este sábado en la ciudad de Tandil para materializar una nueva «misa ricotera» y cerrar su primer show del año con el ritual de hacer «el pogo más grande del mundo» en el Hipódromo de la localidad bonaerense.
Sin lugar a dudas, este concierto tuvo un condimento especial y emotivo, ya que el artista anunció apenas comenzado el recital que «anda circulando una versión que estoy enfermo… y es verdad. El míster Parkinson me anda pisando los talones, pero acá estamos, así es la vida», declaró ante los miles de fanáticos de más de 3 generaciones que lo siguen donde sea que el platense se presente.
El espectáculo del Indio y su nueva banda (Martín Carrizo en batería, Fernando Nale en bajo, Gaspar Benegas y Baltasar Comotto en guitarras y Pablo Sbaraglia en teclados) comenzó con «Nuestro Amo juega al Esclavo», un verdadero clásico de su etapa como integrante de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, aunque también durante el show, que se prolongó por más de dos horas, repasó composiciones de su periodo solista, hasta cerrar con «Ji ji ji» y elevar a un estado de éxtasis masivo a todos los presentes que viajaron de todas partes del país para no perderse un evento imperdible y uno de los espectáculos de rock más intensos e importantes de Argentina.
A sus 67 años, con un 2015 en el que no se presentó en vivo ni realizó ningún lanzamiento musical y con un minucioso trabajo de anti marketing que lo caracterizó durante toda su carrera, el Indio demostró este fin de semana que mantiene el más alto nivel de convocatoria que haya dado la industria en el país, apenas jaqueada en algún momento por Los Piojos o La Renga en décadas pasadas. 150.000 personas este sábado 12 de marzo en Tandil dan por tierra cualquier intento por dudar que el artista que más moviliza a las huestes del rock no sea otro que Carlos Alberto Solari.
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