Panorama global tras ola de atentados

A poco más de 7 meses de haberse perpetrados los atentados en París, el mundo quedaba atónito con semejantes ataques a la capital francesa. Todos pensaron que ese tipo de barbarie a manos de terroristas, reivindicados por el ISIS (Estado Islámico), habían terminado. Los medios de todo el planeta se horrorizaron con aquella puñalada al corazón de Francia y pensamos que sería el final de este tipo de modalidad.
Este año también nos sorprendíamos con un atentado suicida contra el aeropuerto principal de Bruselas, Bélgica, y las autoridades europeas volvieron a encender la alarma, ya que estas células terroristas estaban entre la población, camuflados y con ciudadanía europea. Fue el inicio de una nueva etapa de ataques sobre Europa.
Mientras las naciones de Occidente como los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia siguen experimentando su armamento en Siria, un país devastado por la guerra interna, los países aliados al régimen de Bashar el Assad, Rusia e Irán siguen defendiendo este bastión chiita para mantener el control de Medio Oriente en sus manos.
A esto se le sumó que en estas semanas un Estado se sumara al grupo de los actores principales, como lo es Turquía, un país aliado de los Estados Unidos y que en las últimas horas formalizó acercamientos a Israel y Rusia, lo que generó que la escena en Medio Oriente se caldeara más de lo que estaba.

El panorama actual

La semana pasada fue el inicio de una nueva oleada de ataques, ya no solo en Medio Oriente sino en todo el mundo. El domingo 26 de junio tuvo su comienzo en la pequeña localidad de El Qaa, Líbano, al noroeste del país fenicio. Un ataque terrorista dejó como saldo 4 muertos esa mañana, según informo el medio local Lorient le Jour. El lunes 27 de junio, en la misma localidad y mientras se realizaban los funerales de los civiles fallecidos, un nuevo ataque suicida realizado por ISIS provocó la muerte de otras 4 personas para poner en alerta máxima al ejército libanés en esa frontera con Siria. El ISIS, en distintos comunicados, mostró un mapa de países donde todavía no tienen una presencia activa de sus grupos y en los que empezará a desarrollarse. Uno de ellos es el Líbano.
Esto en la prensa no tuvo mucha repercusión y quedó opacado al día siguiente con otro hecho lamentable, cuando un ataque de inmensa magnitud se desarrolló en el aeropuerto de Turquía, Ataturk, el tercer aeropuerto más transitado del mundo. Tuvo, según los medios locales, 43 víctimas fatales, incluyendo los terroristas que se detonaron en los halles de entrada. Este ataque sin precedentes para Turquía fue un día después del estrechamiento de lazos con Israel, lo que llevó a toda la comunidad internacional a tener dudas sobre quién podría haber realizado el atentado, ya que hasta el momento nadie se los ha adjudicado. Finalmente, este lunes fueron detenidos 3 sospechosos terroristas en las afueras del aeropuerto Ataturk de la ciudad de Estambul.
Y, por si fuese poco, cuando el mundo no dejaba de asombrarse un ataque terrorista se realizaba el sábado 2 de julio en la capital de Bangladesh, en Dacca. Este acto dejó un saldo de 22 muertos y fue reivindicado por ISIS. Entre los sobrevivientes había un cocinero de origen argentino, Diego Rossini, quien contó a los medios locales cómo salvo su vida de milagro.
A esta serie de atentados en cadena se le sumó uno terrible de consecuencias devastadoras para el pueblo iraquí, que viene sufriendo el terror y la sangre ya hace más de 4 años seguidos. Pero este hecho que se originó el domingo a las 00:10 horas locales se produjo en el distrito Al Karrada, en una heladería y centro comercial muy concurrido por la población chií. Este fue un brutal atentado en el que el grupo Daesh (siglas en árabe del Estado Islámico) celebró como propio. Fue el atentado más grande en ese país.
Y, por último este lunes, en medio de la festividad del Ramadán para la comunidad musulmana, se produjo un triple atentado suicida en el corazón de Arabia Saudita, con objetivos como la sede diplomática de Estados Unidos, la mezquita que alberga la tumba del profeta Mahoma en la Ciudad de Medina y lugares simbólicos de la comunidad chií, así lo informó la agencia Télam.
Este no ha sido un ataque más sino un ataque al corazón de los musulmanes y en medio de los festejos por el mes del Ramadán, aunque hasta el momento nadie se lo adjudicó.
Como vemos, en el centro del mundo todo sigue moviéndose a un ritmo brutal, ISIS originó una serie de atentados ininterrumpidos en estas dos últimas semanas mientras el resto del mundo solo mira. Las grandes potencias siguen repartiéndose culpas y observa cómo en la devastada Siria todos se pelean por una porción de su territorio, y su régimen sigue en pie. Rusia permanece con su presencia apoyando al régimen de Bashar el Assad y los países de la coalición continúan bombardeando las regiones que supuestamente ocupa ISIS. Fuera de eso, el planeta se pone cada vez más caliente e inseguro. Hasta ahora el panorama de ataques se veía en Europa o Medio Oriente, pero parece que esa teoría se ha roto y el perímetro se ha expandido aun más. Será tiempo de que los países que predican la paz se sienten, cuanto antes, a resolver esta situación.