Buenos Aires le sienta bien

El tenista austríaco volvió a demostrar este domingo en Buenos Aires por qué es una de las grandes figuras del tenis mundial.
Con el título de 2016 a cuestas, Dominic Thiem volvió a quedarse con el ATP 250 Argentina Open y, con un triunfo por 6-2 y 6-4 ante el esloveno Aljez Bedene, llegó a su noveno título en el circuito. «Son las mejores condiciones para mi juego, mi tenis lastima y mis golpes fluyen», había declarado el jugador durante la semana.
Además, el europeo no cayó en ningún set en todo el certamen y hasta llegó a ser semifinalista en dobles junto a Diego Shwartzman. Otro dato interesante del número 6 del mundo es que lleva un récord favorable de 9-4 en finales, lo que lo posiciona como un hueso duro de roer en momentos decisivos.

«Quería ganar el título»

«Hizo un poco más de calor que el ideal, pero no me puedo quejar, todo salió perfecto», manifestó entre sonrisas Thiem apenas concluyó el juego ante Bedene. Es que la sensación térmica en el court alcanzó los 45°. «Cuando cualquier tenista gana un torneo es una buena noticia, porque estamos acostumbrados a perder más que a ganar. Con estas condiciones, lentas y de calor, hay muchas probabilidades de que yo pueda jugar bien… era mi objetivo antes de arrancar la semana y es increíble haberlo logrado», expresó el bicampeón del Argentina Open sobre polvo de ladrillo. «Me encanta jugar en polvo de ladrillo. El último año jugué bajo techo en Europa, son lindos torneos también pero acá la paso mejor. Quería ganar el título y cualquier otro resultado no hubiera sido satisfactorio para mí».
Finalmente, el conquistador del abierto porteño expresó su necesidad de hacerse con la competencia: «Había pasado ya casi un año de mi último título, ya era tiempo de que volviese a hacerlo» y, antes de pasar al siguiente objetivo, dejó la frase más esperada: «Pienso volver a Buenos Aires».