Con solo dos funciones en el Cine Arte Cacodelphia (una el sábado 24 de este mes y otra, a la semana siguiente, el 31), tiene su fugaz paso el documental «Jorge Polaco» dirigido por María Onis, lo que marca el aciago panorama con el que deben convivir los documentales en nuestro país, con serios problemas de exhibición para este género y, a menudo, teniendo que conformarse con un solo pase en el Cine Gaumont como función especial (y única).
La paradoja se plantea en el hecho de que este film insumió a la directora 11 años de realización entre preproducción (ya que hubo que digitalizar todas las escenas de sus películas y todo el material televisivo en el que este director aparece), rodaje, edición y post producción para que su destino final sean dos únicas exhibiciones.
El film plantea un homenaje a este disruptivo realizador, responsable de 13 producciones entre largos y cortos, y de la manera tan particular que tenía de plasmar su universo, muchas veces de manera esperpéntica, y que no terminaba de encontrar eco en la crítica de su época (comenzó en 1984 con su corto «Margotita»).
El documental recorre con variados testimonios (Esther Díaz, Graciela Borges, Federico Klemm, Ricardo Manetti, Goyo Anchou, Pablo César y Fernando Noy, entre otros) su obra, su estilo rupturista, la elección de su personaje icónico, Margot Moreyra, los problemas de censura de «Kindergarten», la contundente sátira social de la que se nutrían sus películas.
Con créditos de apertura y cierre «camp» y bien ochentosos, «Jorge Polaco» se erige en un justo homenaje a quien dedicó más de veinte años a contribuir y enriquecer el universo cinematográfico argentino.