Cuando todos los pronósticos científicos apostaban a que el Agujero de Ozono se cerraría antes de finales de este siglo, aparecen nuevas amenazas. Científicos de la universidad inglesa de East Anglia identificaron cuatro nuevos gases que contribuyen a la destrucción de la capa de Ozono.
Esta se encuentra a unos 30 kilómetros por encima de la superficie de la Tierra y su función es la de filtrar los rayos ultravioletas que pueden causar cáncer en las personas y problemas de reproducción en animales. En 1985 investigadores ingleses descubrieron un agujero en esta capa sobre la Antártida y Nueva Zelanda creado por el uso indiscriminado de los clorofluorcarbonos (CFC), una sustancia química usada en la industria de refrigeración y aerosoles. En 1987, a través del Protocolo de Montreal, se prohibió el uso de los CFC y se convirtió en uno de los tratados más exitosos que se lograron, con 193 países firmantes para frenar su crecimiento.
Esta vez nuevos gases fueron detectados en la atmósfera y aún se desconocen sus orígenes. Los investigadores analizaron burbujas de aire que se encuentran atrapadas en nieve polar perpetua y encontraron tres sustancias nuevas con la composición CFC y otra que es un hidroclorofluorcarbono (HCFC). Johannes Laube, jefe del equipo de investigación, aseguró: “La identificación de estos cuatro nuevos gases es muy preocupante, puesto que contribuyen a la destrucción de la capa de Ozono. No sabemos de dónde se están emitiendo. Entre las fuentes posibles figuran químicos para la producción de insecticidas o solventes para la limpieza de componentes electrónicos”. Además agregó: “La investigación se debe intensificar para poder aplicar medidas que puedan frenar su emisión”.
Sustancias químicas producidas por el Hombre ponen nuevamente en peligro la destrucción de la capa de Ozono. Ahora la tarea será detener esas emisiones para proteger nuestra atmósfera.
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