Las elecciones parlamentarias catalanas arrojaron resultados que no permiten deducir hacia dónde irá la vida de los catalanes. Aunque la postura independentista de Junts pel Si no llegó a obtener la mayoría de escaños, si se suman los de Candidatura d’Unitat Popular (CUP) alcanzan los 72 diputados. Esto ha conducido a reacciones diversas. Mientras Artur Mas, presidente de la Generalitat catalán, ha señalado que «ha ganado el sí, pero además ha ganado la democracia», desde Madrid se ha manifestado que ganó la unidad de España.
Con el 99,46% de los votos escrutados, Junts pel Si alcanza el 39,59 por ciento que significan 62 escaños; en segundo lugar se ubica el Partido de la Ciudadanía con el 17,93% (25 diputados); tercero el Partido Socialista de Cataluña (PSC) con el 12,74% (16 diputados); cuarto Catalunya Sí que es Pot (CSQEP) con 11 diputados y el 8,92 por ciento; quinto el oficialista a nivel nacional Partido Popular, con 8,5 por ciento y 11 escaños. Finalmente, queda la Candidatura d’Unitat Popular con 10 diputados y 8,21% de los sufragios.
Precisamente, los dos extremos son los que sumados los diputados permitirían emprender el camino hacia la independencia catalana. Claro está que hay diferencias entre los dirigentes de ambas agrupaciones en cómo alcanzar ese objetivo máximo que tienen en común.
Los comicios alcanzaron una participación nunca vista anteriormente con el 77% de asistentes y arrojó un resultado que por un lado permite que las posiciones independentistas más radicales alcancen la mayoría de escaños (72) sin obtener la mayoría de los votos. Pese a esto y aunque Mas había presentado estos comicios con un carácter plebiscitario, el líder catalán insiste en que los acuerdos organizativos de Junts pel Sí se establece que él debe estar investido como presidente.
Además, los partidos opuestos a la independencia catalana, que obtuvieron en conjunto 50,41% de los votos, argumentan que la mayoría para tomar decisiones se hace en base a los votos y no los escaños. Desde Junts pel Si no piensan lo mismo. «Hemos ganado. No aflojaremos. Tenemos un mandato democrático claro y la legitimidad para seguir adelante con nuestro programa», dijo el presidente de la Generalitat. Su socio, Oriol Junqueras, de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), señaló que «nuestra responsabilidad es avanzar hacia la independencia. Vamos a escribir las páginas más gloriosas de nuestro país».
Por su parte, quien encabezaba la lista de Junts pel Sí, Raül Romeva, manifestó su esperanza en que de parte del Gobierno español haya una actitud que permita pensar en una situación de un referéndum similar al de Quebec y Escocia. «Lo que sería inconcebible es que no pasara nada. Alguien al otro lado debe levantar el teléfono o recibirnos en los despachos», sostuvo.
Romeva ha dicho que «el nuevo Parlamento aplicará la hoja de ruta que tenemos», pero no ha aclarado si aprobará una declaración unilateral de independencia (DUI). En este sentido, ha precisado que Junts pel Sí nunca ha hablado de una DUI, sino de una proclamación o desconexión. «La ambición y la hoja de ruta es la misma».
Rajoy no discute la unidad española
El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, ofreció al nuevo gobierno catalán «diálogo y lealtad institucional» pero siempre dentro de la ley. Luego de las elecciones regionales en las que PP tuvo un mal resultado, Rajoy se manifestó «dispuesto a escuchar y a hablar», pero aclaró que no permitirá que se «liquide la ley» ni que se discuta la «unidad de España y la soberanía nacional».
En ese sentido, el líder del gobierno relativizó el éxito de la postura secesionista y dijo que lo que hay ahora es una nueva «legislatura autonómica», y que quienes dieron una calificación plebiscitaria a los comicios no lograron su propósito. «Los partidarios de la ruptura nunca tuvieron el respaldo de la ley y no tienen el apoyo de la mayoría de la sociedad catalana. No llegan a 4 de cada 10 los catalanes que han apostado por un programa rupturista», precisó Rajoy.
Además, pidió al Ejecutivo catalán a «gobernar para todos los catalanes, a superar la fractura, la tensión y los enfrentamientos que han marcado estos últimos años». También lo exhortó a «a sustituir el monólogo y la imposición unilateral por el diálogo constructivo y leal, porque ayer se constató que Cataluña es muy plural».
