Conflicto empatado

La actual situación política en Venezuela «es muy complicada», subrayó el analista internacional Luis Rosales. Al respecto, precisó que «tenés a Nicolás Maduro con mucho respaldo de los militares y de los colectivos. Tiene un cuarto de la población a favor pero los colectivos, que son un millón de personas, ejercen un control muy fuerte porque están armados y entrenados».

En una entrevista exclusiva en Línea de Noticias, Rosales explicó que las Fuerzas Armadas de Venezuela «están empezando a tener una diáspora, pero en los niveles inferiores. Ahí hay mucha deserción, pero en los mandos superiores Venezuela tiene más generales que Estados Unidos, con un ejército infinitamente menor. Hay una red de fidelidades o complicidades muy sofisticada y bien financiada. Ese es el poder de Maduro». Y a esto se le suman «los rusos, los países bolivarianos vecinos. Pero esa ayuda, la de Evo Morales o Daniel Ortega es muy poca, simbólica. Sobre todo si tenés en contra a Brasil, Argentina, Colombia y Chile, más Estados Unidos», remarcó el especialista.

Por otro lado, el presidente encargado «Juan Guaidó tiene mucho respaldo popular, de la gente, que está muy cansada, e internacional. Pero al ponderar los factores, la suma está empatada, por lo que la resolución del conflicto es compleja. Cuando hay una diferencia mayoritaria, uno de los dos tiene que hocicar. Acá, los dos pueden», explicó Rosales.

Respecto a la información brindada por el gobierno estadounidense, Rosales sostuvo que «no hay fake news, hay un archivo y se revisa. Y si uno es funcionario y miente, está en problemas. No es que no mientan, pero lo hacen menos que los otros». En ese sentido, Rosales indicó que John Bolton, el secretario de Estado norteamericano, y el vicepresidente Mike Pence «comentaron que hubo reuniones y se frustraron». Los motivos fueron, según el analista, «que la Inteligencia cubana descubrió las conversaciones entre el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, y Bolton».

Según Rosales, todo comenzó «al enterarse Estados Unidos que en Venezuela iban a poner presos a Guaidó y a todos los demás. Por eso se tienen que adelantar las acciones y se complica la historia». A esto se suma que «los generales chavistas les cortan el teléfono» a los negociadores, lo que da lugar a dos posibilidades: «o se asustaron y se echaron para atrás, o era una patraña, una jugada maestra de Maduro que provocó que todo saliera a la superficie. Y luego les quita a los militares y quedan Guaidó y Leopoldo López en una situación de debilidad», sentenció.

«Por cansancio o falta de apoyo»

La resolución pacífica de este conflicto «es la renuncia de Maduro, por cansancio o falta de apoyo. Estuvo cerca de suceder si Padrino López y los demás defeccionaban. Ya tenía el avión preparado. En las conversaciones con Donald Trump, Putin habría dicho ‘me corro’. Sería muy complejo para Maduro si los rusos se van, saben mucho».

Al comparar la situación de Venezuela con el régimen cubano, Rosales destacó que «no se ha encontrado un reemplazo al capitalismo, pese a que es injusto e imperfecto. Todos los experimentos han fallado. En el caso de Fidel Castro en Cuba, fue más eficiente. Se las ingeniaba para que la gente tuviera comida, medicinas, si bien no al nivel de las potencias europeas o Estados Unidos. En Venezuela no, es muy difícil creer en la revolución».

Además, Rosales agregó que «se puede hablar con cualquier venezolano que se haya venido y que allá era ingeniero, por ejemplo. No vino por una cuestión del capitalismo, sino porque no hay comida. Es muy difícil encontrar alguna persona que, sin ningún interés de un sueldo o un privilegio, crea en la revolución. En Venezuela, además de ser un mal modelo, lo gestionaron muy mal, armaron un sistema de corrupción enorme».

Finalmente, el analista dio su parecer respecto de por qué este tipo de gobiernos encuentran un respaldo de algunos políticos e intelectuales. Consideró que «apoyan por una cuestión ideológica, de manual. Para los intelectuales es muy seductor que haya un líder vociferando contra Estados Unidos y el imperialismo».