Una de las películas más esperadas y de próximo estreno comercial en el 26° Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) fue «Tesis sobre una Domesticación» de Javier Van de Couter, sobre el libro de Camila Sosa Villada (la dupla de «MIA») y guion de ambos junto a Laura Huberman, presente en la Competencia Oficial Argentina.
La traslación de la novela original al cine comportaba un desafío importante, dada la temática de la misma: la asunción de una nueva vida más acorde a los mandatos del mundo pequeño burgués de una mujer trans acostumbrada a una vida más libre. El resultado fue una película a medias, esquematizada en su concepción, y sin llegar a delinear las aristas complejas y contradictorias del personaje principal.
«Susana Rinaldi, Libre» en la Sección Música, un trabajo orquestado por Isabel Marcenaro Bouter en co-guion con Alex Ollivier, nos pinta con intensidad la vida, obra, familia y amistades de la gran Susana Rinaldi, dividida por capítulos, con una entrevista central a cargo de la directora como eje, y fragmentos de presentaciones suyas en distintos espacios (destacándose el Olimpia en París y el Tasso aquí en Buenos Aires).
Un tópico interesante que marca este documental es que su protagonista no es una cantante sino una actriz que canta (así se define). Se cuelan algunas fotografías de su paso por el Conservatorio Nacional de Arte Dramático y de su trabajo en algunas representaciones teatrales de sus primeros años.
Desde ya, que una vida tan diversificada y extensa como la de la Rinaldi (este año cumple 90 años) marcaba un riesgo considerable a la hora de decidir qué quedaría fuera de este registro audiovisual. Su nombramiento como Ciudadana Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, como así también su paso por la política argentina y su designación de Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO, entre otros, deberán esperar una nueva iniciativa en beneficio de que las nuevas generaciones puedan aproximarse a su vida y su carrera.
De Córdoba y en Competencia Oficial Argentina llegó «La Zurda» de Rosendo Ruiz (se estrena comercialmente el próximo 24 de abril), permitiendo comprobar el excelente nivel que presentan las películas de esa provincia que forman parte del festival.
Con la presencia protagónica de Juan Cruz El Gáname, este nuevo opus del director nos convoca a un retrato de los cuartetos en clave de policial, en la noche cordobesa, no exento de una crítica al prejuicioso accionar de las fuerzas de seguridad que denigra a las clases bajas, ignorando los turbios manejos que ciertos personajes del delito realizan a la vista de todos.
El Gáname canta y se mueve como un verdadero cuartetero, generando una grata empatía con el espectador. Su apodo «La Zurda», de alguna manera, nos recuerda a otros (¿»La Mona» Jiménez, tal vez?) y sus códigos de amistad son inquebrantables a la hora de jugarse por sus afectos.
El corto «Acto de Fe» de Felipe Urtizberea en la Sección Romances nos demuestra a las claras que el mismo está ya preparado para un largo (de hecho, es lo que planea filmar como continuación argumental de este trabajo). Con una clara influencia de José Saramago en «El Hombre Duplicado», el director delinea a sus personajes clonados jugando con el origen y la procedencia de todos, quiénes son los originales y quiénes los replicados. Con un eje inicial en los recuerdos fragmentados que termina trocando en otra situación. La puesta en escena es sólida y el elenco está a la altura de la propuesta: Patricio Aramburu, Carla Crespo y Gonzalo Urtizberea son sus intérpretes.
De Competencia Internacional, «Vingt Dieux» («Veinte Dioses» su traducción literal y, tal vez, mucho mejor su equivalente inglés «Holy Cow») es una soberbia coming of age de una ópera primista Louise Courvoisier, que nos introduce en el universo de Totone, un joven de 18 años que transiciona de vivir de juerga y parranda a tener que hacerse cargo de su hermanita de 7 años y procurarse un sustento para ambos.
Su objetivo es lograr ganar un concurso que premiará al mejor queso Comté. Y así, con ayuda de sus amigos, intenta reinsertarse en el mundo lácteo para generar una continuidad de vida que le otorgue sustentabilidad. El film desprende agradables cuotas de ternura sin por ello ser maniqueo, ni subrayar emociones o intentar compensar al espectador con finales triunfalistas o escenarios de gloria.
En Competencia Oficial Argentina llega esta coproducción argentino-paraguaya, «Bajo las Banderas, El Sol», ópera prima de Juanjo Pereira. La película anticipa que el material documental que se pudo colectar no existía en el Paraguay y que fue necesario recurrir a archivos internacionales para lograr el registro pretendido: documentar los 34 años de dictadura de Stroessner en dicho país (1954-1988), la más extensa de toda Latinoamérica.
El culto a su figura, como así también los discursos negacionistas y vacíos de contenido y mentirosos de este dictador genocida son retratados a través de diversos archivos fílmicos, en fuerte contraste con la represión en las calles y la desaparición de personas.
La directora y guionista Georgiana Russudan Glurjidze plasma en su segundo largometraje, «The Antique», incluido en la Competencia Internacional, un histórico hecho ocurrido en el año 2006, cual fue la deportación del gobierno ruso de aproximadamente 2.000 ciudadanos georgianos.
La ficción que absorbe ese hecho lo mezcla con una interesante historia: Medea, una oriunda de Georgia, recala en un negocio que se dedica a la reparación de muebles, y adquiere a precio de ganga un desgastado inmueble, con la condición de mantener en el mismo a su ocupante Vadim, un hosco anciano que controlará la existencia de la compradora. De clara intención simbólica, esta metáfora expone el control de los georgianos por parte de Rusia, embarcando a unos y otros en un frenético juego de acción y persecuciones en el que un antiguo placard servirá de auxilio y salvación.
También de Competencia Internacional, «Tom 2nd Suicide», película israelí de la directora Karni Haneman, se centra en el encuentro casual de dos personajes, Tom y Kobi, la primera de ellas con nombre masculino que se quiere suicidar, y el segundo de ellos que hará lo imposible para disuadirla de tal decisión. Filmada en tono humorístico, el film aportará un personaje más a la historia, de similar intención al personaje femenino, que complicará un poco más la encrucijada inicial y llevará al límite del paroxismo la competencia absurda para ver quién se suicida primero.
Con notable espíritu «kaurismakiano», esta áspera historia, que moldea diálogos entrecortados y mínimos, logrará con el correr de los minutos otorgarle humanidad a sus criaturas y poner de manifiesto el sentido de la existencialidad planteada.
La injustamente omitida a la hora de la premiación y en Competencia Oficial Argentina, «Suerte de Pinos» de Lorena Muñoz, marca una bienvenida vuelta de esta destacada realizadora al género documental.
Muñoz viaja al pueblo de Soria a reconstruir los hechos acaecidos 70 años atrás: el femicidio de su bisabuela y su hija. Se entrevista con testigos de la época, todavía vivos, indaga en el expediente del archivo, que no le permiten copiar, lo lee en voz alta para la cámara, que testimonia todo lo así expuesto, se emociona (y nosotros con ella), de descubrir que la memoria permanece inalterable, que lo callado hasta ahora será dicho en voz alta.
El título alude a un uso y costumbre cultural en el que talan un pino y lo trasplantan en la plaza central de la ciudad en interesante ironía con respecto a la suerte de las víctimas del femicidio que no fueron honradas aún.
Finalmente, «La Mujer del Río» de Néstor Mazzini, ganadora del premio a la mejor película de la Competencia Oficial Argentina, y a la mejor actuación para Andrea y César Troncoso, es la tercera parte de una trilogía que hilvana una familia desarmada con sus complejidades violentas y judicializada. La epidérmica participación legal que no alcanza a contener ni a darle solución proactiva a una situación paterno-filial, con un padre que clama su inclusión, una violencia que no cesa, una victimización materna que no encuentra cauce para su redireccionamiento.
La película es seca, cortante, y pone en duda el sistema judicial en su conjunto, incluyendo jueces, asesores de menores y abogados que hacen menos de lo que deberían. Como rasgo adicional, al estilo de «Irreversible» de Gaspar Noé, la película está filmada de atrás para adelante.