Crónicas festivaleras (parte 3)

La Sección Vanguardia y Género del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) suele presentar productos de una originalidad explícita y curiosa. Tal es el caso de «Cleaning & Cleansing» del austríaco Thomas Führapter.

La película ya se había estrenado en Francia en la Competencia Internacional en el Festival Internacional de Cine Documental. Su director, mediante un estilo minimalista de observación, registra distintas tomas de limpieza a través de largos planos. Así, desfilan el lavado de cuerpos de maniquíes que simulan pacientes, una habitación de hotel, aviones, vehículos militares, un aula, una nave espacial y autos, entre otros, con el mismo nivel de cuidado y profundidad, casi como en un ritual.

Es aquí el registro lo que cuenta y no la causación, la que podrá ser respondida por cada espectador de manera diferente.

La película de Amalia Ulman de la Competencia Internacional narra los inconvenientes de un equipo de filmación que llega por una serie de tropiezos a un pueblo de la Pampa Argentina. Con toques de comedia absurda, «Magic Farm» focaliza en la incomodidad de este equipo frente a la coyuntura de un lugar desconocido, la apatía de Chloe Sevigny, que queda a cargo del team por abandono del coordinador central, y los esfuerzos del resto por comunicarse con los lugareños e intentar articular algo que se parezca a un testimonio audiovisual.

La directora se reserva un papel importante, ya que es la única que habla español y oficiará de traductora de cuanta interrelación exista. El film, pese a sus esfuerzos, surge más como una experimentación que como una película redondeada.

Hong Sang Soo es el director que mayor número de ediciones acompañó este festival, y regresa una vez más para presentar en la Sección Trayectorias con «What Does That Nature Say To You», una propuesta muy divertida sobre el novio de una chica que, sin pensarlo, termina conociendo a la familia de esta, su hermana mayor y sus padres.

Con su consabido estilo escudriñador, el realizador vivisecciona la estructura familiar en contraste con la búsqueda de este aspirante a poeta que mantiene algunos resentimientos hacia su familia de origen. Como en todos sus filmes, la naturaleza ocupa un lugar esencial en los entornos que acompañan a sus criaturas.

La escena de la familia cenando se constituye como lo más logrado de esta propuesta, en la que en un largo plano secuencia fluyen la hilaridad, el rencor, el reproche, la intimidación y una larga paleta de emociones que revisten de manera significativa el relato.

Matías Szulanski es uno de los directores argentinos más creativos y originales de los últimos tiempos y trajo a esta 26° edición del BAFICI dos filmes: uno de ellos es «En el Cine» de la Sección Cine Sobre Cine.

Apenas 65 minutos le bastan a su realizador para homenajear en tres segmentos casi idénticos en los que una chica se encuentra con un chico en un festival de cine. Él la acompaña a probar una guitarra y luego van a tomar una birra. Con un estilo bastante similar al del coreano Hong Sang Soo, lo que importa aquí es la situación en sí misma y sus variables y posibilidades de modificación o de no modificación.

«En el Cine» también se constituye en el vehículo para conocer el talento interpretativo musical de Camila Buch.

Por su parte, «Presente Continuo» de Ulises Rossell de la Competencia Oficial Argentina fue reconocida con dos premios: Mención Especial de la Competencia Argentina y Premio del Público al Mejor Largometraje.

Es notable y comprometido el documental de este realizador que registra cada uno de los movimientos de su hijo Lisandro, que presenta una condición del espectro autista, y las alternativas de comunicación que se entablan entre este y su madre, la actriz Valentina Bassi.

La relación y las motivaciones que Bassi propone en la interacción diaria con su hijo deberían ser fuente de consulta para todo aquel que estudie o se interese en entender el funcionamiento de esta condición. Lisandro nos sopapea desde su necesidad de ser entendido, aceptado, acompañado, todo ello retratado, por supuesto, con un respeto exento de cualquier sensiblería.

«Cactus Pears» del director indio Rohan Parashuram Kanawade y en la Competencia Internacional nos propone una historia de encuentro entre dos hombres, en una India arraigada en su cultura casamentera heterosexual que encuentra a su protagonista Anand, que debe viajar al campo para duelar por diez días a su padre muerto. Sus temores a la hora de instalarse allí por tan largo periodo le hacen recelar del acoso de su familia que, seguramente, insistirá en el hecho de por qué no se casó aún a sus más de 30 años.

En ese lugar aparecerá Balya, un amigo de su infancia, que también permanece soltero, circunstancia que provocará entre ambos un acercamiento amoroso. La postergación individual frente a las oposiciones del entorno familiar (y también social) van construyendo una historia en la que la amorosidad va emergiendo como un factor de unión y de rebeldía, a su vez, contra la estigmatización y la necesidad de libertad de elección.

El film, que tiene tintes autobiográficos, ganó en esta última edición del Festival de Sundance el Gran Premio de la Competencia World Cinema.

«Le Rendez Vous de L´Eté», ópera prima de Valentine Cadic, directora y coguionista de esta propuesta que se alzó con el premio mayor de la Competencia Internacional. La historia que aquí se cuenta es muy simple, pero la profundidad con la que se la plasma le da todo su sentido y relevancia.

Blandine, una profesora de piano, viaja a París a ver los Juegos Olímpicos y, en particular, a una nadadora por ella admirada, Béryl Gastaldello. También aprovecha su estancia para visitar a su medio hermana y a su sobrina. El resto es la integración de Blandine a ese entorno de festejo y a poder palpar las sensaciones, ansiedades, alegrías de los seguidores de este evento deportivo.

Es como si el lugar y su magia fueran capaces de radiografiar la interioridad de este personaje femenino, muy al estilo de Rohmer. No por nada, el título de este film es un homenaje al film «Les Rendez Vous de Paris» del año 1995.

«Aimer Perdre» es una película belga, también en Competencia Internacional y dirigida por los hermanos Lenny & Harpo Guit y que le valiera a su protagonista, María Cavalier-Bazan el premio a la mejor actriz de esa sección, repitiendo así el galardón obtenido en la edición de Sundance de este año. La propuesta es muy divertida, irreverente, hilarante, zumbona, provocadora, al estilo de «Jackass».

Desde ya que no podría ser lo que es sin la presencia estelar de esta actriz que le da el cuerpo y vida a esta Amande Pigeon, la reina del engaño, que no puede dejar de apostar a todo lo que ve y que persiste con su estilo de vida, aún en las malas contingencias que tiene que atravesar. El desenfado aquí es la regla, y todo lo que se cuente estará en óptima sintonía con él. Para reír de manera continuada hasta extenuarse.

«Les Barbares» en la Sección Trayectorias, en la que Julie Delpy dirige, protagoniza y es coguionista de esta propuesta en la que los representantes de la Municipalidad local de Bretaña deciden aceptar por falsa unanimidad (los opositores se camuflan de progresistas) a refugiados ucranianos que terminan siendo sirios.

Una bien lograda comedia, en la que la ironía marca una fina costura, aprovechando para desnudar el criterio expulsivo y nacionalista extremo de algunos personajes que conviven diariamente entre cinismo y engaño.

El elenco es rutilante. A la propia Delpy se suma la versátil Sandrine Kiberlain y Laurent Laffite como el plomero en disidencia, que busca tender trampas a los recién llegados.

Finalmente, «The New Year That Never Came» de Bogdan Muresanu, film que integra un foco de este realizador y que fue adquirido recientemente para su próximo estreno comercial, plantea, a través de una serie de historias corales, los últimos días previos a la caída de Ceausecu, dictador rumano, en diciembre de 1989.

El ritmo preciso del director va delineando en detalle los impulsos y expectativas, temores y debilidades de este heterogéneo grupo de personas que van concientizándose del proceso irreversible de este agotamiento político del modelo dictatorial. El último plano del pueblo en la plaza, con la música de fondo del bolero de Ravel, que mezcla imágenes reales con la ficción que presenta, corona estas 2 horas y 19 minutos de duración de esta intensa pueblada rumana.

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