«Más que un trabajo es mi pasión»

Sebastián Obando hace unos años empezó a escribir su historia en el 40×20 con esfuerzo y sacrificio, y su dedicación tuvo recompensa.

El jugador de la selección peruana se destacó como uno de los goleadores de la reciente Copa América disputada en Paraguay. Obando nos cuenta su conexión con el deporte y cómo llegó a defender los colores de su patria, desde largas caminatas a tomar una bicicleta sin permiso para llegar a un partido.

Actualmente, el fútbol de sala no es un deporte profesional en Perú, pero sí generó repercusión y por eso actualmente buena cantidad de personas lo practican.

Desde los 8 años Sebastián corre tras un balón, pero su primera experiencia fue en el gramado, continuó su práctica hasta la adolescencia. Luego, en 2015, inició su camino en el futsal gracias a un amigo que lo llevó a una prueba y allí se convertiría en jugador del Inka Perú –equipo de primera división-.

A pesar de que no fue un recorrido fácil, Obando relató las travesuras que tuvo que hacer para llegar a un partido. “Una vez para un partido en el 2015, se me había perdido mi billetera y estaba justo de camino para el partido y no tenía cómo pagar mi pasaje, entonces en el autobús me bajaron. Justo estaba por llegar a la casa de un tío y veo que afuera estaba su bicicleta y me la robé por un día, me fui en bicicleta al partido, fueron como 45 minutos para llegar. Llegué, gané y metí dos goles y, cuando volví a casa de mi tío, estaba la policía, jajaja”, confesó el seleccionado de la «Blanquirroja».

Su esfuerzo lo ejercía fuera tanto como dentro de la cancha, ya que para poder llegar a los entrenamientos realizaba largas caminatas junto a su amigo y compañero de equipo Juan Malache. “Nosotros caminábamos alrededor de 8 o 10 kilómetros para llegar a entrenar, para que el pasaje nos salga un poco más barato y no gastemos tanto. Siempre caminábamos bastante, bastante… son cosas que no se olvidan”, recordó Obando.

En el año 2017, Sebastían recibió su primer llamado a la selección nacional y, con ello, nuevos capítulos en su vida futsalera. Contó que fueron muchos sentimientos encontrados lo que vivió, ya que en menos de dos años en la disciplina tenía su primera participación internacional. Este año no solo participó en el certamen sudamericano sino que, además, compartió el podio de goleadores con 5 dianas en la competición. “Para mí es un sueño hecho realidad, es importante. Sí, de alguna manera, no se dio un logro como equipo. Haber tenido un logro personal en la copa me llena de mucha alegría y emoción y me motiva mucho también“, expresó el jugador.

Finalmente, comentó que su selección mereció un poco más por todo el trabajo realizado. A la selección incaica le tocó un grupo muy reñido (mundialistas y también país anfitrión). Durante la fase de grupos no sumó puntos, pero tuvieron partidos interesantes, y cerraron la competencia con triunfo ante Chile y el noveno puesto. “El futsal es mi vida, es lo máximo, es mi trabajo pero más que un trabajo es mi pasión”.