La explotación
«Faster! Pussycat! Kill! Kill!» (1965) es un film dirigido por Russ Mayer, protagonizado por Tura Santana, una exuberante actriz que, con sus encantos y personalidad arrolladora, se apodera de la pantalla, a pesar de un registro actoral bastante exagerado. La película es una clara exponente del cine de explotación (exploitation), en donde las historias se conectan con aspectos de la conducta humana como el sexo o la violencia, desde una postura extrema que genera situaciones sórdidas. De esta forma, los contextos en los que se suelen desarrollar las tramas se asocian al mundo del vandalismo y las drogas, con recurrentes secuencias eróticas.
La mujer como sistema de construcción visual y narrativa
La producción fue rodada en blanco y negro, lo cual ya es un aspecto importante desde lo estético, debido a que dicho esquema de color estaba directamente relacionado a la toma de decisiones respecto a la fotografía, el vestuario y el maquillaje.
En las imágenes existen focos importantes del color negro gracias a la presencia de dos actrices con melenas oscuras, y a las prendas que ambas utilizan en su recorrido por los desiertos de California en busca de riquezas.
Por ende, fue completamente acertado sumar a este equipo de maleantes, que también son bailarinas go-go, una tercera integrante rubia. Así, lograron equilibrar los puntos de atención en la fotografía -hecha por Walter Schenk-, configurando de forma armoniosa las diferentes escenas donde las actrices comparten planos, además de brindarle a la trama varios arquetipos femeninos que no solo se construyen a partir de su apariencia sino también con sus personalidades: una líder que mantiene el poder en el grupo con su actitud física y verbalmente violenta; su fiel seguidora, una mujer sensual de rasgos exóticos y acento foráneo quien, además, parece tener un interés romántico hacia su jefa; y una tercera chica cuya presencia podemos asociarla con la juventud, la rebeldía, el deseo de independencia, y una sexualidad inquieta. Todo un cóctel de feromonas para el espectador.
Las siluetas de los 60′
Otro aspecto que puede ser tomado en cuenta como un motivo de estudio en la película, es el vestuario -hecho por el polifacético George Costello, quien también se ocupó del maquillaje y de la dirección de arte en general-, ya que, si bien es cierto que la elección de cada prenda tenía en cuenta la forma en que la cámara traduciría los colores en un rango de blancos y negros, también es una hermosa muestra de cómo se construía una de las siluetas femeninas más usadas en los años 60′. Es decir: bustos puntiagudos (herencia de los 50′), en conjunción a una cintura afinada que estaba obligada a mantenerse de esa forma debido al uso de tops cortos que dejaban el vientre al descubierto y su combinación con pantalones de tiro bajo.
Sin embargo, hay que aclarar que en esta década también se impuso la silueta trapecio o corte «A», instaurada por modelos como Twiggy. Un look completamente diferente que se asociaba más a una imagen aniñada estilo «Lolita».
¿Por qué ver esta película?
«Faster! Pussycat! Kill! Kill!» se convirtió en un film de culto en el que podemos analizar no solamente los aspectos visuales de una época sino que, además, sirve como carta de presentación al cine de explotación, una categoría poco explorada por muchos, que influenció a directores como Quentin Tarantino. Por otra parte, resulta una interesante propuesta en términos de estudios sobre el género, ya que la figura de la mujer está representada como un actante que trasciende su presencia sexualizada. Russ Mayer logra jugar con los prejuicios y muestra a mujeres capaces de superar la fuerza masculina, no solo físicamente sino a nivel de dominación psicológica. Sin duda, una resolución narrativa poderosa en su época y en la actualidad, de manera que si sentiste interés en conocer más, podés ver esta película en la plataforma de qubit.tv.