Contundente "Primas" en el Festival de Mar del Plata

Laura Bari presentó «Primas» en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y su tercer largometraje documental se llevó el premio del público.
Rocío y Aldana comparten el vínculo familiar que refleja el título del film pero, además, comparten el haber vivido actos horribles de abuso en plena infancia. En este documental Laura Bari registra y retrata el día a día de estas chicas y el camino que transitaron para la reconstrucción de sus vidas.

Responder una pregunta

En el luminoso y a la vez duro film se puede vislumbrar la búsqueda de la directora para responder a cierto concepto: «¿Cómo hacen estas dos magníficas chicas para sonreír con tanta integridad, bellísima fuerza y franca resiliencia?». «Primas» observa a estas dos chicas desde varias ópticas experimentales y ensayistas. La historia y sus protagonistas son tan fuertes que se transforman en el empuje y el motor más poderoso que podría haberse encontrado.
Aldana fue abusada por su padre, la persigue el dolor de lo costoso que fue para ella dar el primer paso al contarlo y la pesada mochila que significó el proceso judicial. Por su parte, Rocío a los nueve años fue secuestrada, violada y caminó un kilómetro prendida fuego hasta que un camionero la rescató y, luego de varias operaciones, logró vivir.
«La poesía impregna esperanza en medio de la devastación» son algunas palabras de Laura Bari que, a mi parecer, se ven reflejadas en dos magníficas secuencias. En primer lugar un largo plano secuencia en el que las protagonistas relatan sus historias, al natural, como les surge, sin edición, directo desde su interior a interpelarnos. Y en segundo lugar la decisión de la directora de mostrarnos a las chicas encontrarse con sus cuerpos, recorrer las cicatrices o las marcas invisibles de lo que les pasó, aceptándose y queriéndose.

Una película necesaria

De esta manera, «Primas» es una producción necesaria, que para el público femenino será un golpe al corazón más especial y sensible respecto de la empatía que el solo hecho de compartir el género genera por el miedo de la mayoría de las mujeres a que nos suceda algo tan terrible como a ellas. También nos dejará una cuota de luz y de esperanza. Y para el público masculino puede ser una posibilidad única de acercarse a los padecimientos de uno de los costados más terribles de la violencia de género.