Comenzamos el año y seguramente tenés más de un motivo para juntarte y brindar con aquellos con quienes todavía no pudiste hacerlo. Te dejo dos lugares totalmente opuestos pero que se adaptan muy bien a salidas con amigos o en familia y para algo más íntimo.
Ravello
Ubicado en Ravignani y Honduras, este restaurante es ideal para una buena parrillada, sus carnes son tiernas y sabrosas, así como también los acompañamientos… sale con fritas. Y para los que prefieren pastas y ensaladas también las hay. Las opciones de platos para compartir son muy piolas y abundantes. El cubierto incluye una canasta de panes saborizados con queso y también especiados con jengibre para los que gustan de sabores más fuertes, todo muy rico. La atención del personal también es destacable, muy atentos. Los precios de los platos rondan los 80-90 pesos y hay varios descuentos a lo largo de toda la semana, por lo cual no es tan duro para el bolsillo.
Es un lugar de múltiples espacios, cuenta con un patio al descubierto muy bien ambientado con colores en tonalidades tierra y muebles en blanco y la iluminación genera una atmósfera muy relajante. El salón comedor interno tiene un estilo más de parrilla y cuenta con una pequeña terraza que guarda la misma estética que el patio. Es una muy buena opción para todas las ocasiones: con familia, amigos o de a dos.
El Manto
Y cuando pienso en este lugar de cocina armenia me imagino una ocasión muy especial. Cenar allí es una experiencia que involucra tanto un estado espiritual como corporal. Al entrar ya bajás un cambio. La ambientación en colores vibrantes (turquesa, dorado y bordeaux) junto a una iluminación tenue generan un ambiente místico donde se ven símbolos, dibujos antiguos y alfombras persas y, por si esto fuera poco, cuenta con un oratorio donde te leen la borra del café. El salón principal es muy amplio y elegante con algunos sillones de hasta para 6 personas y, además, hay un sector privado en el primer piso y una terraza, ¡para todos los gustos! Su personal es muy amable y atento, realmente están en todos los detalles, no se les pasa una.
La propuesta de El Manto es la de acercarnos a los platos típicos de Medio Oriente, donde los sabores se fusionan con las texturas y aromas. En su carta podemos destacar muchas de sus delicatessen, de las cuales recomiendo para empezar el kefte de arvejas (arvejas molidas, trigo y especias), el sarma (niños envueltos en hojas de parra rellenos de arroz y cebolla) y el borek de queso (triángulos de masa fila rellenos de ricota y queso sardo) y como plato principal, el arroz a la persa y todo lo que sea parrilla a la leña es imperdible. Si luego te queda un lugarcito para algo más, vayamos a los postres: la degustación de bocaditos orientales para dos es una muy buena elección, ya que se puede probar un poco de todo. El precio por comensal ronda los 130 pesos, pero como siempre recomiendo, buscá descuentos. En la esquina de Costa Rica y Carranza, la cultura armenia te está esperando.
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