«Respetar los procesos» es una frase que solemos escuchar cotidianamente y con la que la gran mayoría coincidimos pero que, realmente, en el mundo real pasa muy poco.
En esta «locura» en la que vivimos donde todo va acelerado y prima la inmediatez, si algo no va como queremos solemos cortarlo de raíz en lugar de esperar un poco más y darle tiempo para que pueda ir hacia un lugar mejor, porque todo en la vida necesita un plazo para desarrollarse. Claro, el fútbol no está exento de esto y mucho menos nuestro querido fútbol argentino, donde en tan solo 9 jornadas de la Copa de la Liga ya se fueron 8 entrenadores, un promedio de casi uno por fecha. Una verdadera «picadora de carne», de la que Fernando Gago no pudo escapar en Aldosivi, pero sí lo hizo en Racing.
La dirigencia y el manager del equipo de Avellaneda apostaron por “Pintita” después de una primera experiencia con malos resultados al frente del “Tiburón”, y redoblaron su confianza manteniéndolo luego de un comienzo con turbulencias. Hoy Racing está puntero de su zona y es el único que se mantiene invicto en el torneo, presente que se explica justamente por esa decisión: convencidos del proyecto que decidieron encarar, mantuvieron al entrenador cuando casi nadie más lo hubiese hecho.
Cuando el 16 de enero de 2021 Aldosivi anunció que Fernando Gago era su nuevo entrenador, tomó por sorpresa a gran parte del mundo del fútbol. Una apuesta fuerte y arriesgada pero, al mismo tiempo, muy interesante. Muchos se ilusionaron con ver qué podía mostrar un equipo conducido por él, más que nada por sus antecedentes como jugador. Varios matices de lo que pretendía ya se podían imaginar: un equipo ofensivo, dinámico, que trate de cuidar la pelota y progresar con ella al ras del piso, con jugadores de buen pie y con mucha presión para tratar de recuperar rápido el control del balón. Pero también surgieron dudas de si podía lograr todo esto con un plantel sin tanto renombre y calidad, sumado a la urgencia de sumar puntos para el promedio.
Un desafío realmente importante para su primera experiencia como director técnico, que estuvo marcado por dos caras opuestas: la del juego y la de los resultados. En la primera, sin lugar a dudas, estuvo a la altura de las expectativas y su Aldosivi jugaba bien, por momentos dominando por completo sus partidos y generando muchas situaciones de gol, aunque no daba garantías defensivas y sufría mucho en este aspecto, cuestión que condicionó mucho la segunda cara que, al fin y al cabo, es la más importante: los resultados no fueron los mejores y luego de tan solo 7 victorias, 3 empates y 16 derrotas, dejó su cargo y se fue en la fecha 13 de la Liga Profesional, en septiembre del año pasado, bajo varios cuestionamientos y mirado de reojo por gran parte del ambiente y la opinión pública.
Por ese entonces, Racing era dirigido de manera interina por Claudio Úbeda, quien había tomado las riendas de plantel profesional tras la salida de Juan Antonio Pizzi y la idea era que se quedará hasta fin de año como una especie de transición y comenzar 2022 con un nuevo entrenador. Pero las cosas no salieron según lo planeado, el equipo no respondía adentro de la cancha y la presión y el descontento de los hinchas hicieron que la dirigencia decida contratar nuevo director técnico en lo inmediato y no esperar hasta diciembre.
El nombre elegido generó cierto revuelo y sorprendió a propios y extraños, pero llegó con el aval y el respaldo de, ni más ni menos, Víctor Blanco, el presidente de la institución, quien tomó la determinación de contratar a Fernando Gago más allá de que su inmediato –y único- antecedente no era el mejor y estaba lejos de cumplir con los pergaminos que se supone se tienen que tener para dirigir un equipo «grande».
Blanco no se guió por los resultados, valoró más que cualquier otra cosa la manera en la que jugaba Aldosvi aún sin futbolistas de jerarquía como se dice en la jerga (cosa que muy posiblemente terminó siendo vital en los resultados), tenía la intención de que su club juegue de esa manera y le dio la oportunidad a un Gago que se hizo cargo de un momento «caliente» y con un objetivo claro: tratar de conseguir la clasificación a la Copa Libertadores.
El inicio no fue el mejor, en las pocas fechas que quedaban del torneo el andar fue irregular, terminó en 15° puesto de la Liga y en el 10° de la tabla general, lo que significó quedar muy lejos del objetivo primordial -como premio consuelo ingresó a la Sudamericana- y, lógicamente, las críticas no tardaron en llegar. Pero con la convicción más firme que nunca, le dieron el respaldo y lo ratificaron para que comience este 2022 al frente de Racing.
Esta banca a un proceso, que como todo en la vida lleva su tiempo para acomodarse, hoy da sus frutos y Racing es el equipo del momento. Con una base ya trabajada en el final del semestre pasado cuando Gago arribó a Avellaneda, más los retoques que se hicieron durante la pretemporada, con las piezas que se sumaron durante el mercado de pases, se logró armar algo muy interesante y se está viendo lo que el exvolante central surgido de Boca Juniors quiere para sus equipos.
Muchas veces bastardeado y juzgado antes de tiempo, Fernando Gago disfruta de un momento que ni él hubiese soñado. Lo cierto es que gran parte se debe a la confianza y a la paciencia que le tuvo la dirigencia de la “Academia”, fundamentalmente su presidente Víctor Blanco, porque es muy probable que en cualquier otro club lo hubieran echado y hoy estaría en su casa esperando una nueva chance.
Pero en el “Cilindro” entendieron de qué va esto, dieron el tiempo que se necesita para formar un equipo con una idea desde cero y hoy viven la consecuencia de esa sabia decisión. Porque en la vida, lo más importante, es respetar los procesos.
Artículo elaborado especialmente para puntocero por Matías García.