Nuestra amada internet nos da cientos o miles de posibilidades, y al momento de adquirir cosas (chance tan amplia como la palabra “cosas”) no se queda atrás. Podemos hacer las compras en el súper desde casa o hasta encargar un trompo luminoso directo de China, ¿por qué no?
Es una facilidad atractiva, pero lo que puede llegar a desalentarnos es el tiempo de espera desde que cliqueamos hasta que recibimos la “cosa” ansiada.
Amazon, líder en compras online, es consciente de esto e intenta constantemente perfeccionar su sistema de envíos para que sea eficazmente rápido, inmediato y fugaz, y ahora buscan que sea una premonición.
Esta empresa presentó en diciembre una solicitud para patentar un sistema de envíos con el que buscan adelantarse a la transacción de los clientes. Suena como un desvarío que quieran adivinar nuestros deseos para optimizar las ventas pero, locura o no, es una realidad que se nos viene encima. Si pensamos que es la misma compañía que quiso desarrollar drones para que hagan los envíos, podemos dejar de sorprendernos.
¿Cómo pueden prever qué voy a querer comprar? Si nos ponemos a observar, es probable que lleguemos a la conclusión de que no está tan lejos de lo cotidiano: muchas veces los anuncios que nos saltan en la web o en los mails que mandan de MercadoLibre o Alamaula (si somos usuarios) nos muestran productos que justamente son los que estuvimos buscando o investigando en esos días. ¿Coincidencia? Si sos como yo, seguro te sentís observado.
Para realizar las predicciones Amazon generó una especie de cálculo donde evalúan las búsquedas que estuvo haciendo el usuario, la cantidad de segundos que posó el cursor en algún producto y todo registro de su actividad en el sitio. Lo que tienen pensado es ahorrar tiempo embalando y asignándoles una dirección parcial al objeto que desean vender, logrando reducir el tiempo desde el clic hasta el timbre o, en algunos casos, enviarlos adelantándose al ansiado «confirmar».
Pero, como decía Tusam, puede fallar. Y aún en estos casos, la gran compañía puede darle un giro a su favor, ya que podrían llegar a hacer descuentos para que efectivamente compren aquello que han enviado, o regalar el producto a modo promocional. Si bien todavía no se está aplicando, está encaminado. Siendo fiel a su filosofía, Amazon cree que la demora «puede disuadir a los consumidores para que compren mercancías online», y pienso que el hecho de que me envíen algo que todavía no me decidí a comprar está disuadiéndome de llevar a cabo una compra que, probablemente, sin ese pequeño envión no hubiera hecho.
Así que si te tocan el timbre con una pizza que no pediste, puede ser que alguien te esté leyendo el pensamiento.
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