Un código "hijo de la democracia"

En un discurso pronunciado en la Casa Rosada luego de promulgar el nuevo Código Civil, la presidente Cristina Fernández de Kirchner señaló que «parece mentira que nos estuvieran rigiendo todavía instrumentos que databan de la época de las carretas, en un mundo donde las comunicaciones y las transformaciones han sido tan vertiginosas que exigían esta adecuación», a la vez que negó que el tratamiento legislativo haya sido express y destacó el trabajo desarrollado para la redacción de la norma. En ese sentido, afirmó que «no hay antecedentes de un tratamiento más aperturista y democrático que este Código. Una amplia participación de la ciudadanía, del Ejecutivo y los legisladores».
La Presidente mencionó el carácter «auténticamente argentino» y «totalmente moderno» del nuevo texto al compararlo con el de origen extranjero en sus fundamentos redactado por Dalmacio Vélez Sarsfield. «Aquel Código tuvo una tradición europea. Este une la tradición europea con nuestra propia cultura, nuestras propias necesidades, nuestras propias vivencias, nuestras propias experiencias», afirmó. Además, señaló que el nuevo Código Civil y Comercial es más simple que el anterior y que, tras casi un siglo y medio de emparches, contenía más de cuatro mil artículos, y subrayó la importancia de tener una herramienta de «fácil lectura, fácil comprensión y acceso» para que no sea solo entendido por los especialistas. «Los derechos deben poder leerlos quienes deben ejercerlos», sostuvo Fernández de Kirchner.
En el acto estuvieron presentes los ministros de la Corte Suprema de Justicia, Elena Highton de Nolasco y Raúl Zaffaroni; y su presidente, Ricardo Lorenzetti, gran impulsor de las reformas efectuadas al Código Civil. Al referirse a la actitud de los legisladores opositores de levantarse en la sesión parlamentaria, la Jefa de Estado señaló que «si uno tiene mayoría por voluntad popular, también eso es respetar la República. No se puede seguir hablando de democracia cuando ni siquiera se respeta la voluntad de las urnas».
Al mencionar los beneficios del nuevo Código, la Presidente lo calificó como «hijo de la democracia» y sostuvo que no es cierto que la norma exima a los funcionarios públicos y al Estado de la responsabilidad civil ante un ilícito. Al respecto, afirmó que «jamás Vélez Sarsfield legisló sobre la responsabilidad del Estado y sus funcionarios». Asimismo, agregó: «Hay que distinguir entre el Código Civil y el Estado, que debe regirse por el derecho administrativo. A partir de ahora está regulado por ley la responsabilidad del Estado y de sus funcionarios, antes no había una coma escrita en ninguna ley y en ningún Código», argumentó.
Otros puntos a destacar fueron los artículos referidos a la familia, de los que Cristina Kirchner elogió la incorporación del matrimonio igualitario y las uniones convivenciales, ya que actualmente «son una realidad insoslayable». «Esto no significa que no queremos que la gente se case. También se simplificaron los trámites de divorcio. Esto no es impulsar el divorcio express, es permitir vivir con quien uno tiene ganas de vivir», aclaró la Presidente. También defendió la nueva normativa sobre la fertilización asistida y la adopción, «para facilitar la integración familiar».
En lo que hace a los aspectos económicos en el recién sancionado Código Civil, que entrará en vigencia en enero del 2016, la mandataria afirmó que la norma «no es violatoria de los contratos en moneda extranjera» y que los depósitos bancarios serán devueltos en la misma moneda en la que fueron realizados. «Todas las afirmaciones de que los depósitos (en dólares) no iban a tener valor quedan absolutamente fuera de lugar y dejados de lado», señaló.

Más reformas

Pero los cambios y modificaciones en temas legales no se quedan en este Código. En su discurso, Cristina Kirchner anunció que se enviará al Congreso un proyecto para reformar el Código Procesal Penal con el objetivo de acelerar los procesos y dejar en manos únicamente de los fiscales la investigación de una causa. El código a renovar no es el Penal de fondo sino el de procedimientos, que especifica cómo se realizan las investigaciones penales y su enjuiciamiento.
«Enviaremos un nuevo proyecto de procedimientos penales y pasaremos del sistema inquisitivo al acusatorio. Se trata de una reforma necesaria para atender la demanda de justicia. No pasa por mano dura o mano blanda. Necesitamos un procedimiento ágil y oral para no tener procesada a la gente tanto tiempo», argumentó la Jefa de Estado.
Entre los cambios es probable que se incorpore el juicio por jurados, ya existente en las legislaciones de Cordoba y de la provincia de Buenos Aires. La idea es que las investigaciones penales o los procesos no se prolonguen más de tres años. Con el nuevo Código los jueces pasarían a ser garantes del debido proceso pero no llevarán adelante la acción penal, tal como sucede, por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires.
«Si es culpable (un acusado) que sea condenado en forma rápida, y si es inocente no podemos tener a una persona tres o cuatro años en el sistema carcelario para después decirle que es inocente», dijo la Presidente.