Un mar de basura

Científicos de 15 instituciones europeas trabajaron en el estudio más importante realizado en las profundidades del océano. Lograron tomar muestras de lugares explorados por primera vez. El resultado: la basura había llegado primero que el hombre.
Para realizar esta investigación el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con el Instituto Ciencias del Mar, tomaron 600 muestras en distintos puntos del Mediterráneo, el Atlántico y el Ártico, con profundidades que varían entre los 35 hasta los 4.500 metros. El objetivo era medir el impacto ambiental provocado por las grandes cantidades de basura generadas por el ser humano. La alarma se prendió cuando en zonas remotas la presencia de residuos ya comenzaba a acumularse.
Según el trabajo publicado por el CSIC, se encontraron desde plásticos a redes de pescar pasando por botellas, latas, prendas de vestir, cartones y todo tipo de objetos. Esta acumulación de basura en el mar se convierte en una amenaza para la fauna marina que, en muchos casos, mueren atragantados o intoxicados al ingerir plásticos.
El científico Joan B. Company (integrante del CSIC) señala que a partir de estos resultados el paso siguiente será investigar si el consumo de estos microplásticos por peces y crustáceos puede llegar a tener consecuencias para la salud humana.
La publicación de los primeros resultados de la investigación tiene como objetivo concienciar a la población sobre la necesidad de tomar medidas para evitar la acumulación de basura en las profundidades marinas.
Kerry Howell, científico de la Universidad de Plymouth en Reino Unido, afirma que «si tenemos un bosque, una plaza o una playa llena de basura podemos ir a limpiarlo. Pero cuando llega al mar, a profundidades de más de 1.000 metros, nadie va a ir a hacerlo. La única solución es que no llegue al mar».
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