El jueves 20 de octubre se estrena en salas de cine argentinas «El suplente», la nueva película de Diego Lerman («La mirada invisible» y «Una especie de familia», entre otros títulos). Los protagonistas de esta historia están interpretados por Juan Minujín, Alfredo Castro y Lucas Arrua interpretando distintos actores sociales que intercambian realidades y problemáticas.
Lucio (Minujín) comienza a enseñar Literatura en una escuela secundaria ubicada en una zona periférica de la ciudad. Allí se involucra en una realidad distinta a la propia y los conflictos de sus estudiantes pronto se vuelven los suyos.
Un aspecto destacado de «El suplente» es el tratamiento de la imagen y, para conocer más sobre el tema, conversamos con el director de fotografía de esta película, Wojciech Staron, que desde su hogar en Polonia nos cuenta algunos detalles de su trabajo.
Proceso creativo
«Hay varios factores que crean la imagen de una película. El punto de partida para la inspiración es el guion y el protagonista. Me pregunto sobre quién voy a hablar con la cámara y quién va a hablar sobre él, desde qué punto de vista voy a hablar. Y me di cuenta bastante rápido que la cámara, en este caso, tenía que estar bastante cerca de nuestro protagonista, la cámara es alguien que tiene personalidad sensible y cercana a Lucio.
El segundo paso fue buscar las locaciones de filmación, junto con Diego Lerman y Marcelo Chaves (director de arte) recorrimos varias locaciones en Capital, en la Isla Maciel y en La Boca, y buscamos lugares que tienen también personalidad. Es muy importante que las locaciones tengan algo más que una estética, tienen que tener un espíritu y una vida que es interesante y fuerte para la cámara.
Fue un recorrido increíble por lugares muy interesantes y duros, a veces vivos con su gente y a veces abandonados, pero siempre con una energía muy fuerte. Eso fue importante como inspiración para poner a nuestros protagonistas en esta escenografía.»
Sobre un plano particular…
En la película hay una escena en la que Lucio corre por un hospital y ese recorrido con la cámara se hace a través del reflejo en unos ladrillos de vidrio que generan un efecto muy llamativo. A propósito de este plano, le consultamos a Wojciech.
«Cuando vi ese lugar en el hospital estuve seguro de que era interesante para contar un estado entero del protagonista, pero no estaba seguro en qué momento usarlo. Hicimos varias pruebas y ensayos y decidimos usar esta deformación con los vidrios para esta escena que es más dinámica. Fue una decisión que me alegra mucho, no todo director de cine tiene esta sensibilidad para una imagen que no sea tan ilustrativa ni tan directa. Y me encanta trabajar con Diego porque él tiene una sensibilidad para cierta abstracción de la imagen. Cuando descubrimos este espacio estuvimos seguros de que era un acento muy fuerte. La preparamos, cambiamos colores de luces para dar ambiente bastante particular, pero también me encanta usar las locaciones con las cosas que ya existen allí.»
¿Cuánto tiempo demoró diseñar esta fotografía?
«Hay mucho trabajo, además, con Diego filmamos todas las escenas de la película antes en las locaciones. Hacemos una escaleta de cada escena para ver qué nos da la locación y qué nos da el movimiento, preparamos antes coreografías de actores. Estamos abiertos a una cierta libertad de improvisación, pero ya tenemos una base. Trabajamos bastante rápido porque nos conocemos y buscamos cosas muy particulares.
Los dos creemos que la primera mirada es muy importante, la primera sensación. El espectador ve la película una vez, solo hay una primera mirada, entonces yo también intento descubrir cada toma y cada secuencia como si fuera una primera mirada, algo vivo y algo nuevo», concluye Wojciech.
Podés encontrar la entrevista completa en el siguiente recorte de audio. Allí cuenta sobre sus inicios en la fotografía fija, su vínculo con Argentina y sus trabajos anteriores con Diego Lerman.
Un comentario sobre “«Una imagen que no sea ilustrativa ni directa»”
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